México y sus partidos políticos: una radiografía del desastre

Actualmente todos los partidos políticos están enfrascados en luchas internas, que los desconcentran y llevan a olvidarse de atender a su militancia.

De hecho, los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental del INEGI revelaron que los niveles de confianza en los partidos políticos son los más bajos, pues apenas superan el 20%.

Otra de las instituciones que menos confianza inspira entre la sociedad es el Instituto Nacional Electoral (INE) con apenas el 33.3%, empatado con los organismos electorales a nivel local como los Ople.

Además de la desconfianza ciudadana, otro factor que tiene a los organismos electorales en crisis, es lo caro que resultan para el erario.

De acuerdo con un informe de The Brookings Institution, México destina subsidios electorales superiores a los 3.3 dólares a cada votante, lo que lo colocaba como el país con elecciones más costosas a nivel Latinoamérica.

Los únicos países que superaron a México en su gasto electoral por votante fueron Austria (16.5 dólares), Francia (14.9 dólares), Suecia (12.1 dólares) e Israel (11.2 dólares).

No olvidemos que el pasado 2018, se rompió el récord histórico del presupuesto asignado al INE: con más de 25 mil millones de pesos.

Todos estos factores derivan en que el sistema democrático mexicano sea uno de los peores calificados, y en que la crisis de los partidos se profundicé.

En Morena, que debería ser el más fuerte ya que son el partido en el poder, es quizás el que enfrenta más problemas. Para comenzar continúan siendo un movimiento con un solo líder, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Además, rumbo a las elecciones internas para elegir a un nuevo dirigente nacional, Morena esta tomando el mismo camino que llevó al PRD a su destrucción: la conformación de tribus.

Lo más fáciles de identificar son los siguientes cuatro: el conformado por Bertha Lujan y los seguidores que siempre han acompañado a López Obrador; está el del senador Ricardo Monreal representado por Alejandro Rojas; el del canciller Marcelo Ebrard liderado por Mario Delgado; y finalmente el más debilitado de la actual dirigente nacional Yeidckol Polevnsky.

El PAN quedo profundamente dividido después de las elecciones de 2018, la rivalidad entre los calderonistas y anayistas fue un factor que los dejo muy debilitados. Y aún están lejos de recuperarse pues recientemente perdieron dos gubernaturas, la emblemática Baja California, por ser la primera entidad que gobernaron; y la poderosa Puebla por el significativo número de distritos.

Para salir del atolladero en el que se encuentran, algunos han sugerido el resurgimiento de Ricardo Anaya a la vida pública, esto a pesar de que fue acusado de fraude y lavado de dinero.

El PRI es quizás el más desprestigiado, ahora con Alejandro Moreno en la dirigencia esperan el próximo año conservar al menos dos de las 13 gubernaturas que se disputarán, Campeche y Guerrero, aunque sí lo consiguen seria con muchas dificultades.

Otro estado que podrían recuperar sería Nuevo León, en donde la presencia del PAN y de Morena es mínima, y porque Jaime Rodríguez ‘El bronco’ se ha convertido en la decepción política más grande de los últimos años. La carta fuerte del PRI sería el presidente municipal de Monterrey, Adrián de la Garza.

Para el defenestrado PRD, la única opción plausible que les queda es convertirse en un organismo conformado por la sociedad civil, por ello se dice que estarían buscando una figura como la de Gabriel Quadri para su dirigencia.

El resto PT, el Verde, Movimiento Ciudadana y Encuentro Social seguirán siendo partidos satélites, cuya función es captar a los indecisos o de ámbitos de la sociedad muy específicos.

En próximas entregas de esta columna, analizaré cuales son las opciones reales que existen en las organizaciones que pueden convertirse en el futuro en partidos políticos a nivel nacional.

Maestros por México cuenta con 400 mil afiliados, está presidida por el profesor Tomás Vázquez Vigil; y las Redes Sociales Progresistas tiene entre sus principales dirigentes al yerno y nieto de Gordillo, Fernando González y René Fujiwara, respectivamente.

La unión de estas asociaciones en una sola organización les brinda verdaderas posibilidades de convertirse en un partido político, pues además ha cumplido de manera implacable los requisitos necesarios para llevarlo a cabo.