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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 21 de mayo de 2020.- La vida nocturna del espectáculo y los espacios que los famosos y celebridades visitan son un acontecer de todos los tiempos, todo es cuestión de relaciones públicas, modas, publicidad y amistades del gremio. La historia tiene un lugar en los Estados Unidos que llegó a ser un top mundial de las discotecas donde se daban cita los famosos, celebridades y personas comunes en un mismo espacio lleno de música, diversión, libertinajes y excesos que acabaron por desaparecerlo: Studio 54.
Studio 54 es un teatro de Broadway ubicado en la Calle 54 Oeste en Manhattan que en los años 70 fue una legendaria discoteca. El teatro fue abierto en 1927 y a lo largo de los años fue cambiando de actividad y de nombres. Bajo el nombre de Studio 54 la discoteca abrió sus puertas el 26 de abril de 1977 y fue clausurada en febrero de 1980 por problemas legales de sus fundadores. Su apogeo coincidió con la fiebre por la música disco y con una época de libertad sexual que se vio truncada por la aparición del SIDA. Posteriormente volvió a ser un teatro para Broadway.
Studio 54 fue ideado y operado por Steve Rubell, y fue Carmen D’Alessio, relaciones públicas del modisto Valentino, quien sugirió “dar el salto a Manhattan” abriendo un club para los círculos más chic de la ciudad. Les puso en contacto con Andy Warhol, quien acudiría a la cena preinaugural al igual que Calvin Klein. Ella contaba con valiosos contactos entre la jet-set europea y americana, y para la inauguración del local, remitió invitaciones por correo a cinco mil personas elegidas de sus listas de amigos y conocidos ilustres. A la inauguración acudieron Diana Ross, Mick Jagger y su entonces esposa, Bianca; Salvador Dalí, Liza Minnelli, Donald Trump y su esposa Ivana, Debbie Harry, Brooke Shields y un larga lista. Varias estrellas como Warren Beatty, Cher, Woody Allen y Frank Sinatra querían disfrutar del festejo, pero no pudieron entrar; se cuenta que varios de ellos fueron rechazados por el despótico control que se ejercía en la puerta.
DON NADIE Y GLAMOUR
El hedonista Rubell era conocido por seleccionar a su antojo a los clientes, eligiéndolos del gigantesco tumulto de gente que esperaba afuera, al otro lado de un cordón custodiado por vigilantes. Rubell mezclaba hermosos “don nadie” con glamurosas celebridades en el mismo recinto, pues seguía la lógica de que los extremos o excesos son el camino a la perfección, o como decía: “El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría” citando la conocida máxima de William Blake. Una semana después de la inauguración, Studio 54 abrió de manera excepcional en lunes, para la fiesta de cumpleaños de Bianca Jagger, quien llegó montada en un caballo blanco. Acontecimientos como éste apuntalaron el renombre del local entre los famosos y dieron pie a otras fiestas que reunían a público de diversas edades y gustos extravagantes.
Por el local desfilaban Yves Saint Laurent, Andy Warhol, John Travolta, Grace Jones (quien cantó allí su versión de La vie en rose), Donna Summer, Eartha Kitt, Alice Cooper, Farrah Fawcett, Gia Carangi, Al Pacino y estrellas más veteranas como Elizabeth Taylor, Zsa Zsa Gabor, Gloria Swanson y Bette Davis. En esos años, Amanda Lear grabó una canción sobre Studio 54 que ironizaba sobre varios de sus ilustres clientes. También los Village People actuaron allí.
El local alcanzó tal éxito que Rubell declaró en 1979 que había ganado siete millones de dólares en un año, añadiendo que “sólo la mafia” tenía un negocio más rentable que el suyo. Poco después, Rubell y Schrager su socio fueron detenidos por evasión de impuestos de aproximadamente 2.5 millones de dólares. Rubell respondió acusando a un alto cargo del gobierno de Jimmy Carter de haber consumido cocaína en el sótano del local. Tras la clausura del mismo en 1980, paquetes de cocaína y dinero fueron encontrados ocultos tras las paredes de la discoteca.
FINAL DE GOMORRA
La fiesta de clausura de Studio 54 tuvo lugar en febrero de 1980 y fue llamada “El final de la Gomorra moderna”; acudieron Diana Ross, Ryan O’Neal, Jack Nicholson, Richard Gere y Sylvester Stallone. Se cuenta que la última copa que se sirvió la bebió Stallone. Diana Ross fue quien cerró el show final de la discoteca.
En 1981, el negocio fue vendido por unos 2.2 millones de dólares a otro empresario, quien a su vez lo cedió al dueño de clubs nocturnos Mark Fleischman por el doble de dinero. Studio 54 se reabrió con invitados como Calvin Klein, Cary Grant y Gina Lollobrigida. Sin embargo, el contexto había cambiado y era menos liberal que antes. En el local actuaron Madonna, Duran Duran y Culture Club, poco antes de convertirse en estrellas mundiales. Entre sus clientes en esos años se contaron Boy George, Janet Jackson, Alec Baldwin, Lionel Richie, Jean-Michel Basquiat, La Toya Jackson, David Lee Roth, Tatum O’Neal, Jennifer Grey, Cyndi Lauper, y las actrices de cine pornográfico Ginger Lynn, y Traci Lords. Al expirar el contrato de alquiler en 1986, el local volvió a cerrarse.
Finalmente en 1994, tras convertirse en un club nudista durante algunos años, Studio 54 reabrió con mucha fanfarria y un concierto en vivo de las estrellas de la música disco Gloria Gaynor, Vicki Sue Robinson y Sister Sledge. Pero fue a la bancarrota de nuevo al año siguiente.
En 1998, el musical Cabaret se presentó en este recinto y siguió ofreciéndose hasta 2004. Más sorpresas le aguardaban a la antigua discoteca, que en cierta manera volvía a sus orígenes como local teatral y de variedades. Ese año, el club-teatro sirvió de escenario para dos musicales de Stephen Sondheim: Assassins y Pacific Overtures. En el 2005 Studio 54 albergó el inmortal drama de Tennessee Williams Un tranvía llamado Deseo con John C. Reilly y Natasha Richardson. En el 2006 se presentó Threepenny, ópera de Kurt Weill protagonizada por Alan Cumming y Edie Falco.
DISCOTECA Y TEATRO
El club todavía es usado como discoteca en semanas en las que no hay obras teatrales.
Gloria Estefan se presentó ahí como parada de una gira. En el 2002 Paris Hilton celebró su cumpleaños número 21 en la discoteca (su madre había hecho lo mismo en 1978). En el 2018 salió un documental y en 1998 la película que narra la historia.
Hoy en día, un local con el nombre Studio 54 se encuentra en Las Vegas y siempre está abierto como club nocturno. Cuenta con la familiar marquesina así como el cartel de la luna con cara de hombre y el inhalador de cocaína colgado en la pared. Sin embargo, a pesar del éxito del club en su nueva ubicación en Las Vegas, muchos sienten que no se trata realmente de “el” Studio 54, sino solamente una discoteca que lleva el mismo nombre.