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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 29 de noviembre 2020.- Nacido en 1919, Rafael Montejano y Aguiñaga dedicó gran parte de su vida a estudiar e investigar la historia de San Luis Potosí, gracias a su pasión por la historiografía local, la misma se ha logrado preservar con el paso de los años
Su formación académica comenzó en 1930 cuando ingresó al Seminario Guadalupano en donde estudió Humanidades y Filosofía, para luego trasladarse a Roma, Italia, en donde cursó teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. Aunque de manera simultánea también realizó la licenciatura en Historia y asistió a la Escuela Vaticana de Bibliotecología, Paleografía y Archivística.
La revista Arqueología Mexicana, indica que esto le permitió obtener los pertrechos metodológicos para que al regresar a San Luis Potosí, en 1945, pudiese desarrollar una destacada labor en la historiografía regional.
También señala que su tenacidad y naturaleza combativa lo llevaron a criticar severamente al cacique del Estado, el general Gonzalo N. Santos, lo que le llevó a sufrir fuertes represalias.
De 1945 a 1959, Montejano y Aguiñaga se dedicó a la docencia en diversas instituciones para impartir filosofía, historia universal, historia del arte, biblioteconomía, latín, sociología, historia de México, técnica de periodismo, etimologías, economía y ética del trabajo social. Mientras se dedicaba a la docencia, también estuvo a cargo de la organización de la biblioteca de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) durante 1948.
Su interés por difundir la historia local llevó a la fundación de la Academia de Historia Potosina en 1965, la cual desarrolló una labor editorial sin precedentes en la entidad y ejemplar en el país. También se esforzó para que se instituyera en 1979 el Archivo Histórico del Estado de San Luis Potosí.
De igual forma, propició la fundación en 1991 del Centro de Investigaciones Históricas de San Luis Potosí, del cual se derivó el actual Colegio de San Luis Potosí (Colsan), institución con amplio reconocimiento por el alto nivel de las tareas de docencia e investigación que realiza en materia de ciencias sociales y humanidades.
También fue nombrado miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia el 27 de marzo de 1973, y tomó posesión del sillón #20 el 26 de marzo de 1974 con el discurso «Sobre la Historiografía Potosina». Además de ser elegido miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua.
Su obra historiográfica abarca varios aspectos potosinos: personajes, poblaciones, edificios, cuestiones eclesiásticas, educación, actividades profesionales, costumbres, letras, entre otros.
«Se ocupó de tesoros ocultos o de leyendas de calles y callejones del viejo San Luis, en ocasiones elevándose al plano de la narrativa literaria», describe la revista.
Entre sus obras destacadas se encuentra San Luis Potosí. La tierra y el hombre (1999); Manuel José Othón y su ambiente (1984); Plazas de toros potosinas (1996); El Real de Minas de la Purísima Concepción de los Catorce (1986); Armas de la ciudad de San Luis Potosí (2001); Lecciones de biblioteconomía (1945); Primera Exposición Bibliográfica Potosina (1949).
HONRAS FÚNEBRES
Después de su fallecimiento el 21 de noviembre del 2000, se le rindieron honras fúnebres en el edificio de la biblioteca central de la UASLP ante su trayectoria de docencia y colaboración en dicha institución.