Entre amenazas y tensiones eligen a Alcaldesa interina de Tancanhuitz
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 10 de enero del 2019.- Sorteado el laberinto que tiende a extraviar conductores en el crucero Vicente Guerrero, se vislumbra el acceso a la comunidad La Palma, sobre el kilómetro 73 de la carretera libre Rioverde-Ciudad Valles. El lugar está sitiado por camionetas con remolques donde cargan briosos caballos, dispuestos para la tradicional coleada charra en la fiesta del ejido; detrás de una vieja Ford, resalta la espigada figura del vaquero Esteban Yáñez, presume a La Mora -una yegua imponente que trajo desde Alaquines- mientras sorbe a la lata de cerveza para mitigar el calor que, aún en invierno castiga fuerte al mediodía.
Indicado el rumbo, otras lujosas unidades van quedando atrás con sus choferes ataviados de cuero, sombreros ostentosos y remolques de lujo, no se avanza gran trecho para que el escenario dé un vuelco. Kilómetros adelante, la miseria se divisa desde lo alto del camino asfaltado, la brisa balancea un vetusto letrero de plástico que indica la llegada al municipio autónomo La Nueva Palma, creado el primero de enero por los indígenas Xi´iuy que habitan la zona. El recibimiento es cálido, un perro criollo que se tuerce en los huesos mientras intenta mover la cola, fue el primero en dar la bienvenida. A distancia -entre los matorrales- suena el filo de varios machetes acercándose, son los hombres de la comunidad que atienden el llamado de la visita.
Uno a uno, se aproximan hasta el área donde efectuaron la instalación del Consejo de Gobierno unos días antes, su complexión no dista mucho de la raquítica mascota, indígenas de mediana estatura, tez oscura y acartonada por los años de trabajo en el campo, son un pequeño fragmento de la cotidianeidad en que habita uno de los pueblos autóctonos más lacerados por la miseria en el territorio potosino.
El momento histórico es apto para lograr un anhelo perseguido desde tiempos inmemoriales: la autonomía de un pueblo que ya antes tuvo que luchar con la invasión extranjera, la tiranía de potentados, hacendados y ahora, la indiferencia, complicidad y omisión de un Gobierno que los mantiene siendo esclavos en su propia tierra, la misma sumisión que arrastran desde hace tres siglos y medio. Están preparados, han cuadrado su territorio, han apisonado y nivelado la tierra para iniciar ahí una nueva nación, la de los Pames libres.
Además de los cimientos de lo que será una iglesia, en la pendiente destacan pequeñas construcciones de 3.5 metros cuadrados, son las viviendas dignas que entregó la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) hace años y jamás han podido habitar, sobra decir que nadie puede vivir decorosamente con su familia en tan reducido espacio, sin soslayar que la calidad con que fueron edificadas es insultante. Adentro llueve, no tienen piso, el techo cae a pedazos y prefieren no correr el riesgo de sucumbir a cualquiera de esas amenazas.
El cónclave para entonces al comisariado de bienes comunales, Eusebio Castillo e integrantes del Consejo Municipal Autónomo, María Francisco Castillo Castillo, Benito Baltazar Rodríguez, Karla Janeth Castillo Izaguirre y María Isabel Rodríguez Acuña, Javier Martínez Guerrero. Frente al grupo matiza una encorvada silueta, es el más anciano de la etnia y quien por tradición se ha convertido en el Gobernador tradicional de los Xi´iuy, Don José Trinidad.
José Trinidad de la Cruz González, tomó con valor su bastón de mando para pedir la primera intervención, ni siquiera domina el castellano, pero los años le han dado sabiduría y arrojo para clamar lo que considera justo, su pueblo no puede continuar sometido y con ese arresto cuadra su morral de ixtle, se coloca una gorra de la selección mexicana y clama con coraje.
“Toy (sic) presentando mi comunidad, mi pueblo… nosotros hemos sufrido muchos tropellos (sic) de la gente que ellos mestizos, ¡ellos quieren mandar a nuestro pueblo! por ese lado nosotros nos grinizamos (sic) como indígena porque le derecho que tenemos es nosotros y entonces (sic) por ese motivo muchas cosas que no nos llega a favor del Xi´iuy… por ese lado nos apartamos, y estamos defendiendo nuestro derecho y queremos que se nos respete y tenemos derecho a hacer lo que nosotros queremos”, fue el desahogo inmediato.
A sus 65 años de edad, Trinidad ha sobrevivido con el cultivo de maíz en pequeños fragmentos del territorio Pame, y habita una de las 32 comunidades con presencia de esta etnia en el municipio de Tamasopo. Los Xi´iuy también son conocidos así por el dialecto de sus antepasados, “Pame” era la frase que repetían constantemente a manera de negativa para responder a cuestionamientos de los españoles, deducen que significa “No” o “No sé”.
Su lengua pertenece a la familia lingüística Oto-mangue, y a la subfamilia Otopame, que tiene dos variantes lingüísticas. El último censo general de población detalla que hay 11 mil 627 hablantes en siete municipios del estado de San Luis Potosí, con riesgo alto de desaparición.
“Pos es así que por parte del gobierno, si hay que solicitados apoyos… nunca nos ha llegada (sic), nunca en nada y ellos nomás prometen pero nunca y nunca han poyado (sic); mucho ha habido de malo, árboles se han tumbado, el agua ya deja de llegar, mestizos y gobierno no nos respetan, hacen lo que quieren y uno antes lo que hace es a invitar, que digan que sucede con eso… pero no nos toman en cuenta” y queda claro, los Xi´iuy, perdieron el miedo.
(Primera parte)