¡Justicia para Erika y su bebé!, el clamor de una madre

SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 2 de octubre de 2020.- «Quiero justicia, los asesinos de mi hija no midieron el vacío tan grande que me dejaron a mí y a mi familia con su ausencia y la de mi nieto», fueron las palabras que reiteradamente pidió la madre de Erika, Rosa Villaseñor, cuando recuerda el 17 de octubre de 2018, fecha en que la dentista fue asesinada junto con el bebé -Oliver- a quien llevaba en el vientre y estaba solo a unos días de tener entre sus brazos.

La señora Rosa no olvida que ese miércoles, pasadas las 19:30 horas, tocaron a su puerta para avisar que algo sucedía en el consultorio de su hija, fue ahí cuando su corazón de madre intuyó lo que minutos después sus ojos registraron para siempre: Erika yacía sin vida en el piso, víctima de disparos, una imagen que no deja de rondarla desde hace dos años, el mismo tiempo que ha pasado en audiencias exigiendo que los victimarios de su hija sean condenados.

«La encontré sin vida, se ha alargado el juicio por circunstancias que han sido necesarias, del 22 al 25 se ha llevado el juicio, lo único que quiero es que se haga justicia, que no haya corrupción y que los jueces hagan lo que tengan que hacer y no dejar libre a la persona que fue el autor intelectual -que fue Othón I.-, ni al autor material, que no haya más feminicidios, que no haya más asesinatos de mujeres nada más porque les estorban a los hombres», clamó desde la sala de su casa, en una entrevista con el Mtro. Enrique Galindo Ceballos.

Los ojos de esta madre se iluminan al recordar algunas de las últimas palabras que escuchó de su hija, quien con ilusión le repetía que los dolores que anunciaban la llegada de su tercer hijo se hacían más fuertes, estaba ansiosa por conocerlo, pero de un momento a otro su rostro refleja el dolor que se hace presente desde que la perdió junto con su bebé; «me dijo que ya se sentía mal, tenía su fecha para el siguiente lunes, pero ya se sentía mal, me causaron el dolor de perder a mi hija, a mi nieto, a sus hermanos que lo esperaban con mucha ilusión y el asesino mató a su propio hijo, ese es el dolor que las personas que no miden lo que causan y el vacío tan grande que dejan en la familia», repitió.

A dos años de que la tragedia marcara la vida de Rosa y su familia, habla de que cómo su intuición de madre le decía que algo no andaba bien en la relación que Erika mantenía con quien a la postre sería culpado de su asesinato y el de su propio hijo; «me comentaba que vería a Othón y que sería en un lugar público, eso quería decir que algo pasaba, yo sabía que él era el papá del bebé y siempre lo señalaré como el asesino de mi hija».

LAS AMENAZAS

Las complicaciones en el juicio que determinará la culpabilidad o inocencia de los imputados -este viernes- se ha complicado básicamente por las amenazas de muerte a testigos clave, además de actos de corrupción de los cuales hay pruebas palpables, según relató Rosa Villaseñor y su abogada defensora, Jesica Nájera.

«Nos han amedrentando a algunos testigos, el licenciado Rafael -defensor de ellos- ha intimidado a nuestros testigos, hay corrupción atrás de esto, queremos que se investigue, Othón está detenido pero quiero justicia, quiero que no quede impune, que ya no haya más asesinatos de madres e hijos, aquí se llevaron a los dos y dejaron a dos inocentes sin madre, si esto no nos favorece, veremos que más hacer, pero se tiene que hacer justicia», exige la madre.

ARTIMAÑAS EN EL JUICIO

Por su parte, hablando técnicamente de lo que representa un juicio de larga duración como ha sido el caso, la abogada Jesica Nájera relató las dificultades que han tenido tanto los testigos como la propia familia de Erika y cómo lo que más ha retrasado la decisión de los jueces son las amenazas directas de las que han sido víctimas por parte de personas cercanas al acusado como autor intelectual, pero también a quien, según las investigaciones, señalan como el autor material.

«El día viernes teníamos un testigo programado, el señor Cristian N., quien era una pieza clave en este juicio, ya que nos manifestó que a través de su abogado defensor hizo llegar una entrevista al fiscal en donde explicaba cómo había sido el hecho, como lo realizó, quien le pagó, quien lo contrató, quien lo llevó al consultorio de Erika para privarla a ella y a su bebé de la vida, quien le entregó el arma, en que vehículo se trasladaron, toda esa parte se nos proporciona mediante una entrevista», contó.

La recibieron un miércoles -ellos y el fiscal Abel Almanza- y el viernes se presentó el testigo, se solicitó una incidencia por parte de los abogados defensores y en esa incidencia se pidió un receso para que llegue defensoría pública a asistirlo, pero el defensor público era amigo del abogado Rafael Argeniz Farfán y acusan que éste se presta para amedrentar al testigo.

La litigante explicó que solicitaron los audios y videos que el testigo hizo llegar por medio de su abogado para presentarlos ante el Tribunal, para dejar en claro con pruebas palpables la amistad entre el abogado privado y el defensor público y que ambos tuvieron mucho que ver en las amenazas que recibió el testigo; «al llegar al tribunal nuestro testigo ya no quiso manifestar nada, cosa que en entrevista que se nos hizo llegar manifiesta que sentía temor por su vida y la de su familia, ya que había sido amenazado varias veces por el señor Othón, acusado del feminicidio».

Otra testigo que tenía una relación cercana con Othón accedió a apoyar en el juicio a la familia de Erika e incluso la Fiscalía cuenta con su entrevista firmada, pero también fue víctima de amenazas y tampoco se presentó a declarar, según compartió Jesica Nájera; «fue una pieza clave que señala el tipo de actos ilícitos que ha cometido el señor Othón con anterioridad, el tipo de relación que tenía con la persona que los lleva al lugar y que también por amenazas ya no quiso presentarse».

Con rostros de esperanza, la abogada defensora y la madre de Erika, hacen hincapié en que esperan un trabajo justo y sin corrupción de parte de los tres jueces encargados de la audiencia este viernes 2 de octubre; la madre clama justicia con fuerza y a cada momento, pide con el corazón que los jueces tengan empatía pero principalmente se apeguen a las pruebas palpables que existen en contra de los acusados, principalmente en contra del autor intelectual que mantenía una relación sentimental con su hija y terminó ordenando que cegaran su vida.

«Solamente quiero pedirles que si son padres de familia se pongan en mi lugar, lo único que quiero es justicia y no corrupción, quiero que estos señores sean sentenciados, se tienen todos los medios, todas las pruebas, todo para la condena, lo que quiero es que sean juzgados con todo el rigor de la ley», reiteró la madre de Erika.

Por último, Rosa Villaseñor, agradeció al gobernador, Juan Manuel Carreras López y a Federico Garza Herrera, Fiscal General, por mostrar interés en su caso,  y con esa misma posición que han mostrado,  espera que no permitan que la muerte de su hija quede impune; “fue un crimen que dejó un hueco en el corazón, en la familia, en mis nietos y en nuestras vidas”.