Esquiroles de oposición, apoyan a Morena
Termina el sexenio y se van impunes los responsables de la muerte de
casi 80 periodistas mexicanos, en sólo seis años.
Se acaba la gestión de López Obrador y nada sabemos del crimen contra
periodistas y menos sobre el atentado contra Ciro Gómez Leyva.
Y, al final del sexenio, también se confirma –como aquí lo dijimos en su
momento–, que nada sabríamos del intento criminal contra Gómez Leyva, ya
que, habría sido un “atentado de Estado”.
Y es que nada hicieron por aclarar el crimen, ni el presidente saliente,
López Obrador y menos la entrante espuria, Claudia Sheinbaum. Es decir que
no les importó hacer justicia y menos castigar a los responsables.
En pocas palabras, resulta que el señor Andrés y la señora Claudia
siempre apostaron por la impunidad de los intocables mata periodistas.
Y la impunidad llegó a tal extremo que el propio Ciro Gómez Leyva
dejó la duda al aire, en días pasados, cuando el periodista le respondió al
presidente por sus ataques frecuentes.
Así lo dijo Gómez Leyva: “Supongo que dijo con ironía eso de mi
amigo Ciro… Porque a un amigo no se le insulta como me ha insultado
durante seis años y yo nunca, nunca, nunca lo he insultado…
“He señalado contradicciones, como decir que me parece increíble que
usted diga, en la plaza publica, que los servicios de salud son mejores que los
de Dinamarca. Pero nunca lo insulte y usted me insultó durante seis años.
“¿Eso se le hace a un amigo? ¿A un amigo no se le persigue como me
persiguieron ustedes, con amenazas de por medio; fiscalmente…? ¿Esto se le
hace a un amigo; pues qué tipo de amistad es esa?
“Y termina su sexenio y yo me voy con la duda porque sigo sin saber
quien fue y me voy con la duda y se la dejo como pregunta: ¿A un amigo se le
dispara a la cabeza para matarlo… qué idea tiene de la amistad presidente”
(FIN DE LA CITA)
Así de claro fue Gómez Leyva.
Sin embargo, tampoco es novedad que llegaríamos al fin del sexenio sin
conocer la identidad de los criminales que atentaron contra el periodista.
Y es que horas después del atentado, en la columna Al Tiempo, del 17
de diciembre del 2022 –que por años se difundió el diario digital “Contrapeso
Ciudadano”–, titulada: “¿Por qué matar periodistas; quién y para qué?”, señalé
que no se resolvería nada sobre el atentado a Gómez Leyva.
Así lo dije: “¿Por qué en México son asesinados el mayor número de
periodistas, en el mundo? La respuesta es elemental; porque en México los
“mataperiodistas” son impune al delito de quitar la vida a los informadores.
“Porque en México nadie investiga el asesinato de un periodista y
porque a nadie, en el Estado mexicano, le importa castigar a los responsables
intelectuales de la muerte de un periodista.
“Y es que los verdaderos periodistas; los críticos y aquellos que
indagan, denuncian y cuestionan las transas y los fracasos de la gestión de
López Obrador, son vistos como un estorbo por el mismísimo presidente
quien, a diario los difama, calumnia, estigmatiza y señala.
“Sí, desde Palacio, Obrador alienta el crimen de periodistas, mientras
que su gobierno nada hace para aclarar tales crímenes. De esa manera se cierra
el círculo perfecto de “la causa y el efecto”.
“Pero volvamos a preguntar ¿Quién ordena matar a un periodista?
“Primero debemos saber que los periodistas que hacen noticia y opinión
son igual de incómodos para políticos, empresarios, gobernantes y jefes
mafiosos que ven en el trabajo periodístico un peligro para la “estabilidad” de
sus negocios, sucios; sus transas, cochupos y raterías.
“Por eso, no se debe descartar que detrás del crimen de periodistas estén
políticos, legisladores, empresarios, gobernantes y jefes mafiosos.
“¿Y para qué matar a un periodista mexicano?
“Como está claro, el asesinato de un periodista o de un opositor es un
acto no sólo reprobable sino propio de una sociedad atrapada por la barbarie.
Es una atrocidad propia del fracaso democrático y de una espiral de violencia
e ingobernabilidad. Sin embargo, detrás del atentado contra el periodista es
posible encontrar más de una motivación.
“Por ejemplo, resulta evidente que los autores intelectuales del ataque
contra Gómez Leyva –quienes pagaron para matarlo–, pretendían callar a un
periodista incómodo para el poder presidencial.
“Y es que todo confirma que se trató de un ataque directo; ordenado,
diseñado y ejecutado por profesionales para matar. Por eso volvemos al
principio.
“No sabemos quién intentó matar a Ciro, pero si sabemos que no se
descarta ninguna hipótesis, incluso la de un crimen de Estado, ordenado por el
propio López Obrador”. (Fin de la cita)
Volví al tema un día después, en el Itinerario Político del 18 de
diciembre de 2018, titulado: “¿A quien le sirve un periodista muerto?”.
Así lo expuse: “El periodismo, en general, pero en especial los géneros
de noticia, reportaje y opinión, no sólo son la expresión más clara de los
anticuerpos sociales capaces de exhibir frente al ojo público todas las
enfermedades sociales sino que, al mismo tiempo, son una amenaza para
aquellos que se benefician de una sociedad enferma.
“Nos referimos a enfermedades sociales como la corrupción, la
ineficacia oficial, los abusos del poder, la transa, el “cochupo” y, sobre todo,
la violencia y el crimen organizado.
“Pero el problema es aún mayor cuando el gobierno mexicano de hoy,
el de López Obrador, mantiene una clara alianza con grupos criminales a los
que brinda impunidad total; grupos que alientan la tendencia de
mataperiodistas.
“Pero la verdadera paradoja del “mataperiodistas” tiene su origen
precisamente en el poder presidencial; viene del propio gobierno y del
presidente mismo. ¿Por qué?
“Porque todos los días, de forma machacona, ofensiva, calumniosa y
difamatoria, el presidente Obrador apunta su dedo flamígero sobre tal o cual
periodista crítico; sobre tal o cual empresa mediática y sobre tal o cual trabajo
de investigación que exhibe los intríngulis de su gobierno fallido; que señala a
los ladrones en el poder y muestran ante el ojo público la impostura llamada
Cuarta Transformación”. (Fin de la cita)
Al final de cuentas el gobierno de López Obrador fue el reino de la
impunidad y la complicidad; impunidad y complicidad que solapa 200 mil
muertes violentas, que provocó 150 mil desaparecidos en México y que ha
provocado la muerte de casi 80 periodistas en el sexenio. Claro, además del
atentado contra Círo Gómez Leyva.
Es decir, vivimos el fracaso del Estado y la rendición de la plaza frente
a las bandas criminales. Al tiempo.