Los quiere ignorantes, jodidos, atenidos y sin aspiraciones

Se equivoca López Obrador, no sólo fueron las clases medias las que lo frenaron, en todos los estratos sociales decepcionó. 6 de junio Primera Llamada.
Se topó con el gran muro de clases medias este 6 de junio del 2021.
Tres años atrás, la indignación y el hartazgo por la brutal corrupción de Enrique Peña Nieto y sus secuaces, incluyendo a Emilio Lozoya Austin, abonó para que Andrés Manuel López Obrador saliera victorioso en la elección presidencial.
Ahora todos los ex funcionarios de Peña Nieto acusados de corrupción, y el intocable ex presidente, disfrutan de la abundancia del exilio dorado.
Como resultan las megalomanías, Andrés Manuel se auto convenció de tener la fórmula perfecta para todo. En los hechos, muy poco o nada le funciona. La corrupción sigue en los mismos niveles, reclutó a viejos perredistas, priistas, y uno que otro panista como Germán Martínez Cázares y Gabriela Cuevas Barrón.
Sin embargo, dos años y medio de observación bastaron para ver con asombro cómo fue exhibiendo el profundo rencor, y el recurso de instigar al odio social contra quienes, según sus monstruos internos, son los culpables del ‘impulso transformador’: las clases medias.
El ofensivo discurso obradorista del viernes contra los “aspiracionistas, los que quieren triunfar a toda costa, y salir adelante” fueron catalogados como egoístas, “y además van a la iglesia” (video https://youtu.be/BG8EAligHn8).
En su fijación, esas clases medias, más los medios de comunicación, intelectuales y Organizaciones de la Sociedad Civil, le impidieron llegar a la Presidencia de la República en el 2006 y el 2012, y este 6 de junio lo frenaron.
Una realidad dura de aceptar para Andrés Manuel es que NO solamente fueron las clases medias quienes le pusieron un muro, al evitar la mayoría calificada de Morena y aliados en la Cámara de Diputados, y lo derrotaron en la Ciudad de México.
En las largas filas de las casillas se observó gente de todos los estratos que, según infinidad de relatos, se dicen totalmente decepcionados del caudillo y sus candidatos, aún cuando en la oposición sobraron los perfiles dudosos. No obstante el engaño desata la ira (video https://youtu.be/irf3WoTw6g8).
El voto en contra, el “fuera”, fue la reacción ante las locas ocurrencias convertidas en proyectos, el revisionismo histórico, la perversidad en la manipulación de la información, y el acompañamiento de verdaderos impresentables, corruptos y abusivos de su nomenklatura de Cuarta Transformación.
En el conocido recuento está la Rifa del Avión Presidencial, envejeciendo en el abandono, la satanización de un Aeropuerto de primer mundo para manipular el odio social y construir un bodrio del tercer mundo en Santa Lucía.
La calcinación de 137 personas de Tlahuelilpan en una desastrosa operación para contener el huachicol en Hidalgo, en enero del 2019. La anacrónica refinería de Dos Bocas y la tontería del Tren Maya con tecnología obsoleta.
Sigo: el uso de energías sucias, la negligencia criminal en la pandemia que derivó en más de 220 mil muertes oficiales y despidió a Hugo López Gatell con mariachis este pasado viernes, que en realidad son más de 500 mil extraoficiales, además del desplome de la Línea 12 del Metro con 26 muertos.
A esta parte del recuento hay que sumarle la militarización del gobierno, los ataques a los organismos autónomos, las ganas de desaparecer el INE, y someter al Poder Judicial, para consumar el golpismo.
Pero ahora tiene otro problema, después de la elección vienen los reclamos y la grilla interna. Cuando Marcelo Ebrard parecía tomar oxígeno por la derrota de Claudia Sheinbaum Pardo en la CDMX, coincidentemente aparece un amplio reportaje en The New York Times sobre el colapso de la Línea 12 del Metro.
El reportaje dirige la responsabilidad al ex Jefe de Gobierno Ebrard Casaubón, ahora Secretario de Relaciones Exteriores. De igual forma involucra a Carlos Slim Helú como contratista, ahora también constructor de una parte importante del Tren Maya.
Tiene razón López Obrador, la gente pensante y estudiada es muy difícil de convencer con su gobierno fallido, la insidia ideológica, el mediocre revisionismo histórico, y los pesos en efectivo, que pensó como compra anticipada del voto.
También tiene razón en decir que el pueblo no es tonto. La historia prueba que no es necesaria la academia, los que no han tenido oportunidad de educarse por la brutal desigualdad y otros factores, y que se han abierto paso por la dura vida, no pueden ser engañados repetidamente.
Muchos ya se la cobraron este 6 de junio.
Los espero este martes a las 3:30 en RadioFormula y Teleformula en el programa de Eduardo Ruiz-Healy
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