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Algunos definen el presidencialismo como una tendencia gubernamental en la que el presidente ejerce poder absoluto, sin tomar en cuenta a las cámaras. También implica un culto a la investidura, obtenida esta por voto popular.

Este sistema prevaleció durante la dictadura perfecta del PRI en nuestra nación. Se obedecía al presidente como si fuera un monarca o una deidad.

En varias ocasiones, he sospechado que el actual presidente López cayó en este sistema durante su periodo priista. Su comportamiento antidemocrático y autocrático ha sido objeto de críticas durante su administración.

Recientemente, su solicitud de investigar los restos del general Catarino Erasmo Garza, sobre quien escribió un libro, ha generado polémica. Aunque es importante para la historia, ¿no hay investigaciones más urgentes en instituciones como el Conacyt o el INAH?

Este sexenio está marcado por la locura y la hipocresía, observamos el grotesco espectáculo del Palacio Nacional, donde el presidente payasito intenta parecer un erudito en historia.