Iglesia católica y exorcismos, una lucha contra posesiones diabólicas
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 11 de julio de 2019.- Entre 2010 y 2014, Filiberto N., presuntamente privó de la vida a cuatro niñas y una joven de 32 años de edad en el municipio huasteco de Tamuín y, recluido hace cinco años en un penal de máxima seguridad en Durango, espera pronto una sentencia condenatoria por al menos tres de los feminicidios, cuya pena máxima sería de hasta 150 años.
El llamado Estrangulador de Tamuín, no regresará nunca a su vida fuera de prisión, según advierte el titular de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (Ceeav), Jorge Vega Arroyo.
En tres de los procesos penales que lleva el Juzgado Segundo del sexto distrito judicial en Ciudad Valles, la Ceeav espera la pena máxima de 50 años por cada víctima, tales expedientes -en fase de sentencia- corresponden a los casos de Dulce Jimena Reyes Hernández, de nueve años e Itzel Romani Castillo Torres y Rosa María Sánchez González, de 11 años.
Pero hay dos responsabilidades que Filiberto habría logrado eludir legalmente, se trata del caso de la adolescente Adriana Martínez Campuzano, de 13 años, a quien el indiciado privó de su libertad el 29 de octubre de 2010, cuando salió de su escuela secundaria y esperaba el transporte público en un parador; de la menor sólo localizaron un fragmento de hueso -fémur- que no representaba una prueba sustancial de muerte o la implicación del sujeto en los hechos.
Luego de que la Comisión ordenara una nueva búsqueda de indicios, fue posible tener los elementos necesarios para integrar una averiguación sólida y vincularlo a proceso; todos los procedimientos legales que enfrenta Filiberto son por la vía del viejo sistema penal.
“Tuvimos que enderezar algunos asuntos, son cuatro causas penales y una indagatoria que tuvimos que reponer porque había muchísimas diligencias que hacer. Nosotros realizamos un estudio de contexto social en Tamuín, esta persona está en Durango por el riesgo que puede representar en una prisión”, refirió el funcionario, quien prefirió no etiquetarlo como reo de alta peligrosidad.
El caso que continúa en indagatoria corresponde a los hechos en que perdió la vida Eliehoenai Chávez Rivera, una mujer de 32 años a quien Filiberto conoció en clases de zumba donde él era instructor, al mismo tiempo que impartía clases de catecismo; pese a las complicaciones judiciales para que también se le sentencie por este caso, la realidad es que el detenido no pisará las calles nuevamente, tan sólo con las tres sentencias condenatorias que le esperan.
De acuerdo con Vega Arroyo, pese al tiempo transcurrido, los abogados de la Comisión siguen integrando el caso de Eliehoenai Chávez, pues su familia también clama justicia para ella; padres, madres, hermanos y parientes de las víctimas, buscan que el acusado sea condenado por los cinco feminicidios, con apoyo de jurídicos que pertenecen a una Organización No Gubernamental (ONG).
Filiberto -originario de Ébano, San Luis Potosí- cumplió cinco años recluido por estos hechos, actualmente tiene 48 años de edad y ninguno de sus familiares acudió jamás a las diligencias en Ciudad Valles antes de que se lo llevaran, mucho menos se conoce que lo visiten en la prisión ubicada en el norte del país.