Preparativos para una amenaza llamada Trump
Por ahí dicen unos pajaritos en el alambre que últimamente, el gobernador Juan Manuel Carreras López estrenó escolta y no cualquiera, sino de lujo.
Se trata de la Guardia Nacional, cuyos elementos lo siguen de manera discreta a donde el mandatario potosino se mueve.
Hasta el momento el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha dicho si los militares metidos en tareas de policías deberían tener también esa función o si es una decisión a libre albedrío del comandante de la GN en cada zona del país donde se desenvuelven.
En todo caso, ¿a dónde fueron a parar los escoltas de Carreras y por qué habría decidido deshacerse de ellos?
Parece que la desconocida que el presidente Andrés Manuel López le dio al delegado de Programas Integrales de Desarrollo, Gabino Morales Mendoza, en su última visita a San Luis capital, fue en serio, porque el llamado superdelegado es el momento que sigue con un bajo, qué decimos bajo, bajísimo perfil.
Del Gobierno del Estado se puede creer que no tenga la agenda del tabasqueño en su gira del próximo fin de semana a la entidad, pero antes de la oficina de Morales salían los detalles y esta vez no ha sido así.
El gobernador Carreras dice “tener entendido” que la gira no será en la capital sino en el interior del estado.
A ver qué dice el delegado, ya ven que ahora la moda es tener cada quien sus propios datos, como sucedió con la Guardia Nacional, tema en el que nunca se pusieron de acuerdo.
Los que se volaron la barda y de fea manera, fueron los políticos que asistieron a un importante foro del agua, donde debían exponerse problemas sobre este tema toral para los habitantes potosinos y soluciones.
Pero eso sucedió y más bien aprovecharon para una vez más, mofarse del pueblo.
Así lo demuestran las actitudes de los diputados federales del PAN y el PRI, Xavier Azuara y Óscar Bautista quienes se la pasaron tomándose selfies en el estrado, y de la legisladora local Sonia Mendoza y el funcionario de la CEA, Jaime Yáñez Peredo que nada más estaban en el güiri güiri.
Mientras tanto, la activista de la comunidad de Tamatelom, Jacquelina Fernández Acosta, hablaba al micrófono sin que nadie le hiciera caso.