Muere una joven en Tamaulipas tras fuerte ataque de tos
CIUDAD VALLES, SLP., 5 de noviembre de 2019.- La mayoría de los municipios de la Huasteca Potosina se sumaron a la tradicional celebración del Día de Muertos, sorprendiendo muchos de ellos con la destinación de presupuesto para la realización de la misma, pero sobre todo con su creatividad e iniciativa, sin importar su dimensión territorial, su lejanía, su densidad poblacional, ni mucho menos el color de partido en el gobierno.
En Aquismón, en su segundo año con la denominación de nuevo Pueblo Mágico de la Huasteca Potosina, las flores de cempasúchil invadieron la plaza principal, entre el multicolor de las banderillas distribuidas en la parte superior, a la par con monumentales catrinas en los jardines. En el panteón municipal diversos arcos a la entrada daban la bienvenida a los visitantes.
Axtla cumplió con el pronóstico de los últimos años, con los adornos inundando plaza y hemiciclo, cuyo foro una vez más recibió a sus talentos locales entre luces y colorido. Adicionalmente la fiesta se extendió hasta otros atractivos turísticos como El Castillo de la Salud en Ahuacatitla, y –por supuesto- la acostumbrada velación por cambio de fiscal en el cementerio de Chalco.
Fue Matlapa uno de los lugares que más atención captó en su festividad: una presidencia adornada con juego de luces multicolores, una tarima transparente llena de colorido, pantalla gigante de ledes para la exhibición de películas y videos, y la deslumbrante explanada cubierta de arcos de flores naranjas (de plástico emulando al cempasúchil), en cuyo extremo en el mismo material se construyó la enorme palabra Xantolo.
En San Vicente no fue sorpresa que la Unidad Deportiva Municipal una vez más se vistiera de los colores del Xantolo, para albergar la llegada de las comparsas que desplegaron sus habilidades en una fuerte y adornada tarima tipo pasarela, y continuarán perpetuando la tradición. Este año tuvieron como invitador de honor al gobernador Juan Manuel Carreras López.
Tamazunchale también tuvo lo suyo, con una enorme tarima estructurada a todo lo largo del frente de su Palacio Municipal, hasta donde acudieron las comparsas con integrantes de todas las edades a desarrollar sus bailes. La presidencia fue debidamente iluminada y en cada espacio abierto los colores y olores de las flores de cempasúchil se pudieron apreciar.
En Tampacán, un municipio tan pequeño como alejado, casi fronterizo con el estado de Veracruz, en su diminuto kiosco no pudo faltar una máscara alusiva, con sus característicos papelillos coloridos; mientras que el Palacio Municipal tenía enfrente su iluminado escenario, a su vez adornado con enormes esqueletos de papel, entre un enorme arco de flores.
Por su parte Tanquián, lució el pequeño y peculiar kiosco de la plaza pletórico de papeles de colores, efigies de catrinas, arcos debidamente elaborados en forma natural, dibujos de calaveras alrededor y macetas con cempasúchil, mientras que –enfrente- en su palacio llamaban la atención dos máscaras monumentales y en medio, confeccionado en flores, el nombre de la celebración: Xantolo.
Xilitla correspondió a su etiqueta de primer Pueblo Mágico de la Huasteca y no desmereció, pues no solamente tuvo un escenario deslumbrante, sino que el despliegue de color prosiguió por la plaza, y en las escalinatas se aprovechó cada peldaño para colocar ofrendas, flores, veladoras, y hasta fotografías recordando a personajes emblemáticos como Pedro Rosa Acuña, creador del popular “Querreque”.