Refrenda Sheinbaum estrategia de construcción de paz en Sinaloa y estados
CIUDAD VALLES, SLP., 8 de agosto 2020.- Las frescas aguas del paraje Micos, en Ciudad Valles, siguen corriendo hacia abajo, pero aún tienen mucho que ofrecer antes de juntarse con otros afluentes y formar el gran río Valles: Una de esas maravillas escondidas entre sabinos de enormes raíces y sauces con heno colgante ofreciendo generosa sombra, es San Francisco; un sitio donde lo mismo puede retarse a las profundidades, que solazarse en zonas bajas, en las que pequeñas cascaditas acarician suavemente.
Pero llegar allá tiene su propia dosis de desafío, porque los caminos entre cañaverales pueden confundir. Todo comienza en la curva del ejido La Loma, en la carretera estatal Valles-El Naranjo; hay que abandonar el asfalto y seguir derecho por la terracería, poco más de cuatro kilómetros, serpenteando bajo el sol y entre los cultivos en los que la gente de la zona le saca provecho a la tierra, sembrando caña entre los enormes surcos.
Más allá de los sembradíos, donde el tractor hace de las suyas entre el terregal, la cordillera de árboles de enormes y caprichosas raíces se divisa como una referencia a la que no hay que perder de vista, porque nos aguarda, con mayor paciencia que la nuestra, pues ansiosos esperamos llegar para cumplir la meta de relajamiento. El acceso puede hacerse lo mismo caminando que en algún tipo de vehículo, gracias al amplio y funcional camino rural.
La fase previa de calor pronto pasará al olvido metros adelante, e incluso será propicia para un mejor disfrute de la frescura a orillas del correr del agua, con el marco verde de la vegetación esplendorosa que distingue a la Huasteca Potosina, y ese arrullo que representa la sinfonía natural de cigarras, grillos, y aves de diversas especies, muchas de ellas revoloteando encima de nosotros, tranquilas, en un sitio igualmente apacible.
San Francisco aún ofrece otras opciones en los sectores circundantes: Para los más avezados, pequeños remansos de considerable profundidad, cruzados por cardúmenes de varios tamaños, pero con el inquietante factor de condiciones propicias para otro tipo de fauna acuática -como los lagartos- a la que más vale tomarse en serio y no propiciar un encuentro del que podríamos no salir bien librados. Debemos tener presentes la importancia de volver, para seguir contando estas hermosas experiencias.