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CIUDAD VALLES, SLP., 27 de septiembre del 2020.- Juan del Campo Jáuregui fue empresario, escritor, y promotor social y cultural. Llegó a Valles en septiembre de 1907, a los diez años. Su tío Romualdo Del Campo había realizado un viaje a España y a su retorno a México lo trajo con él, junto a otros españoles, entre ellos -su padre- Brígido Del Campo y -su primo- Juan José Manzanares.
Poco después, al ubicarse don Brígido en Aquismón como gerente de La Campana (una sucursal de la tienda De Campo-De Pablo y Compañía), Juan Del Campo ingresó a la escuela, para posteriormente trasladarse a Tampamolón hasta 1911, cuando fue regresado a España por los riesgos de la Revolución Mexicana.
QUISO SER COMERCIANTE
Una vez allá, repitió el sexto año de primaria con el profesor Sixto Sigler, quien le ofrecería una beca en la Marina para que estudiara la carrera de piloto naval, pero Juan Del Campo prefirió ser comerciante -como su padre- y eso lo hizo mantenerse al margen de seguir aquella enseñanza.
En 1916, Brígido -quien seguía en México- les anunció por medio de una carta que la situación política se había tranquilizado, lo que permitió a Juan regresar en febrero de 1917, desembarcando en Veracruz. Inmediatamente se incorporó al negocio de venta de semillas, que adoptó la razón social de Del Campo y Cía.
Como en la capital del país escaseaban muchos alimentos y era preciso salir a provincia para abastecerse, le correspondió a Juan Del Campo efectuar tales recorridos; aunque la revolución ya había terminado, los peligros que significaban los asaltantes de caminos debió sortearlos muchas veces.
AFICIONADO A LA CULTURA
Luego de sus experiencias en los primeros viajes al interior de la república, se tomó unas vacaciones para reponerse de los sobresaltos y temores que tuvo que sufrir. Esa temporada la aprovechó para reunirse con jóvenes españoles que -como él- eran aficionados al teatro y la literatura.
De hecho, desde muy niño Juan Del Campo había tenido esos gustos: Cuando vivía en la provincia española de Andujar -donde aprendió las primeras letras- diariamente había funciones teatrales a las que acudía con regularidad de la mano de su pequeña hermana Victoria.
El portero que se encargaba de cuidar el lugar, cuando los veía se hacía el disimulado y otras veces los dejaba pasar en forma gratuita porque le hacía mucha gracia que siendo muy chicos les gustara tanto el espectáculo. Fue así como presenció muchas funciones de zarzuela.
Con los jóvenes capitalinos, Juan Del Campo procedería a dar rienda suelta a su deleite por escribir -que ya traía desde mucho tiempo atrás- al fundar la revista Hispania, que les patrocinó José Larín, propietario de la fábrica de dulces y de chocolates que llevaba su apellido.
MERCADER EN VALLES Y TAMPICO
En 1919, un robo a la negociación de la familia Del Campo, los dejó en la quiebra económica y moral, orillando a la familia a abandonar México y volver a Valles. Juan se desempeñaría como contador y apoderado de la tienda de su tío Romualdo, denominada La Colmena y que había sustituido a Campo de Pablo Cía.
Un altercado con su pariente lo hizo separarse de La Colmena y emigrar a Tampico. Una vez allá emergió otra de sus características personales: El altruismo, al decidirse a organizar una sección de la Cruz Roja, que después se transformaría en la delegación de la benemérita institución.
Por ese tiempo, su primo Bartolomé Cabel Del Campo -vendedor de artículos sanitarios- decidió ir a España y le dejó a cargo su negocio, lo que le dio experiencia para posteriormente establecerse por cuenta propia. Asociándose con un empleado – Ricardo De la Torre- formaría la razón social Del Campo y de la Torre.
En 1924, ante el ofrecimiento de una sociedad en Valles con su padre y su tío Romualdo, y con la inquietud de contraer matrimonio con Anita Ugalde, Juan Del Campo traspasó el negocio de Tampico. Para el 8 de diciembre iba camino a San Miguel de Allende, donde el día 10 por la mañana contrajo matrimonio.
La sociedad a la que fue invitado tomó el nombre de Juan Del Campo y Cía, asentándose en el local que antes se llamó La Colmena, en céntrica esquina de Ciudad Valles. En 1926 la unión mercantil quedó disuelta y se estableció por su cuenta; para entonces había procreado a dos hijos: Sara y José Luis.
APOYÓ LA PRIMERA CARRETERA
En esos tiempos de construcción de la primera carretera (la México-Laredo), se ofreció a proporcionar dinero para cubrir la nómina de los empleados de la Comisión Nacional de Caminos, que en ocasiones pasaba por retrasos económicos. Cuando la solvencia monetaria regresaba, le reintegraban su dinero.
Le inquietaba la precaria situación de las comunicaciones en Valles, por ello gestionó ante la Dirección de Correos el establecimiento de apartados postales; eran tiempos en que solo dos carteros hacían una cobertura insuficiente en la población. También consiguió ante Teléfonos de México la instalación de la red y los aparatos.E
TEATRO, CINE, Y PERIODISMO
Retomando sus aficiones artísticas organizó el cuadro de teatro, después se asoció con Antonio Toscano para inaugurar el cine sonoro, suprimiendo al silencioso; modernizaron así el Cine Valencia, que se inauguró el 23 de mayo de 1931. Posteriormente Toscano se separó y Del Campo cambió el nombre a cine Alcázar.
A pesar del arduo trabajo que le significaban los negocios, reasumió sus actividades intelectuales, y con la colaboración de Luis Reverte, Marín Flores, Martín Irurita, Antonio Alonso y Alberto Vázquez, en 1930 se celebró en México el Primer Congreso Iberoamericano de Estudiantes.
Debido a que los problemas del mundo y de la humanidad seguían preocupándole, Juan Del Campo se decidió a publicar el 29 de diciembre un artículo en el periódico El Mundo de Tampico, en el que exponía sus ideas sobre las conclusiones del mencionado Congreso de Estudiantes.
IMPRESOR, ZAPATERO Y REFRESQUERO
Como empresario, insistía en sorprender con sus innovaciones al Valles de aquellos años. En 1928, ayudado por Luis Reverte, instaló una pequeña imprenta, para posteriormente establecer la fábrica de jabón Aurora, que fue ubicada en la calle Guadalupe Victoria, produciendo aproximadamente seis mil kilos de producto.
También se dedicó al expendio de zapatos, para lo que realizaba frecuentes viajes a León; realizó pruebas en la fábrica de sodas La Favorita –de Cesáreo Castro- para explotar la venta de refresco, e instaló la maderería El Bosque, adquiriendo la distribución exclusiva de Cementos Mexicanos, y dando impulso a la plomería.
En 1937, sacó a la luz pública el primer periódico editado en Valles: El Pueblo; era un órgano informativo de difusión cultural que además contrarrestaba la publicidad negativa del dictador español Francisco Franco, quien usaba todos los medios para denigrar a los republicanos españoles.
En 1940 se asoció con Gregorio Osuna para constituir la empresa Espectáculos Selectos, S.A., construyendo un edificio al que llamó Teatro Cine Alcázar, inaugurado el 6 de abril. Años después Luis Garrido -un refugiado español- formaría con él una sociedad para exportar miel y plátano a Alemania y Estados Unidos.
LA CANACO Y CLUB ROTARIO
En su faceta de gestor y hombre dedicado a la labor social, Juan Del Campo propuso el establecimiento de una Cámara de Comercio de la Huasteca Potosina, la que ayudaría para la construcción de la carretera Tampico-Valles, y su posterior continuación hasta la ciudad de San Luis Potosí.
Además de ello, junto con el general Osuna buscó insistentemente instalar el Club Rotario de Valles y el sueño al fin se hizo realidad el 26 de noviembre de 1938; Osuna fue nombrado presidente y Del Campo ocupó el cargo de secretario durante los dos primeros años de funcionamiento.
Como presidente rotario logró establecer un puesto de servicios de la Cruz Roja y el 2 de abril de 1944 se inauguró el edificio hospitalario. Sin embargo todavía le quedaba por realizar otra encomienda más ambiciosa: La construcción de un hospital, que se haría realidad en 1955, año de su inauguración oficial en noviembre.
LIBRO PARA LA POSTERIDAD
Juan Del Campo procreó -además de Sara y José Luis- a tres hijos más: Fernando, Alfredo y Juan. También dejaría para la posteridad la redacción del libro en el que plasmó sus memorias, titulado Valles, el pueblo que vi nacer, escrito en 1985 y publicado con el patrocino de Fructuoso López Cárdenas.
Esta obra representaría para las nuevas generaciones un importante legado, aunque sin duda alguna su mayor herencia lo significa su visión plasmada en la industria, la cultura y el servicio social, que aún se recuerda a pesar de su partida de éste mundo el 5 de septiembre de 1994.