Refrenda Sheinbaum estrategia de construcción de paz en Sinaloa y estados
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 23 de junio de 2019.- Ante los acuerdos surgidos entre Estados Unidos y México para frenar la ola de migrantes centroamericanos que se dirigen al país vecino y que ha constituido que en la capital del estado se instale una Estación Migrante, el doctor Alejandro Ernesto Vázquez Martínez, antropólogo social y catedrático de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), comentó que no se debe perder de vista que se trata de garantizar los derechos humanos de todos.
El especialista señaló que, si la situación se articula con violencia estructural, con problemáticas de desplazamiento forzado por peligro de muerte, como sucede en los países de Centroamérica, se comprende porqué se dan estas dinámicas de migración.
Agregó que en la actualidad en la frontera norte existen tanto expresiones de solidaridad como de rechazo hacía los migrantes que llegan. Sin embargo, agregó que muchas de ellos tratan de integrarse y sobrevivir por medio de trabajos que no siempre son bien pagados.
La parte solidaria de una ciudad con las características de Ciudad Juárez también tiene que medirse por sus características de ser frontera, además de las existentes estructuras familiares y las relaciones de vínculos sociales que trascienden ambos países.
Sin embargo, agregó que también se han observado expresiones xenofóbicas donde existe el rechazo y se empieza a culpar, sin que esté fundamentado, que los migrantes son culpables del incremento de la violencia.
Por lo que se tiene que observar los orígenes y la condición geopolítica que existe en la actualidad. Donde las decisiones no solo tienen que ser tomadas por México sino de forma articulada con los gobiernos de Centroamérica y Estados Unidos.
En cuanto a las expresiones de rechazo hacia lo latinoamericano y mexicano, las cuales se dan con mayor frecuencia y violencia en Estados Unidos, explicó que no es nada nuevo. Se trata de un estigma que se reproduce para desarrollar políticas de exclusión y eliminación de personas, por lo que los ciudadanos estadounidenses no son ajenos a reproducirlos y que pueden llevar a la muerte de personas migrantes.
Esto representa un grave riesgo, debido a que desde el gobierno se azuza a las personas con la posición de que los migrantes son criminales, traen enfermedades y son desviados, “esto permite que de una u otra manera tengan legitimidad estas acciones violentas sobre personas que vienen de violencia estructural”.
El doctor indicó que la migración es la actividad más antigua de la humanidad y es parte de su naturaleza, por lo que se tiene que apostar a la garantía de los derechos humanos de todas las personas, incluyendo a aquellas que no son de la nacionalidad propia de las personas.
“Es un fenómeno que proviene de las estructuras del estado nación, esperaría que siguiera esta política de tratar de garantizar los derechos humanos, que tiene muy atinadamente el actual gobierno, y que existan los recursos necesarios para la parte emergente en municipios con dinámicas fronterizas y con un vínculo muy estrecho. Eso no quiere decir que no lleguen emergencias donde las posibilidades humanas y de estructuras físicas para recibirlos, sean suficientes. Por ahí se debe empezar antes de tratar de criminalizar a las personas”, finalizó.