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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 22 de abril de 2019.- Luego de la queja en contra del Hospital General de Ciudad Valles por haber solicitado a un padre de familia adquirir costoso medicamento para su esposa, el director del nosocomio, Cristian Alemán, aclaró que fue como última opción y a solicitud del quejoso, Ebenezer Leocadio Martínez.
La esposa de Ebenezer, Guadalupe Reynaga, es una de las sobrevivientes del accidente de ambulancia que ocasionó un chofer de la Secretaría de Salud, el pasado 23 de febrero del 2018.
El funcionario en mención, precisó que se trata de difenilhidantoína (DFH) y sirve para que las crisis convulsivas puedan ser mitigadas, al igual que una amplia gama de medicamentos, entre los que se encuentran atemperator (antiepiléptico de amplio espectro) y la fenitoína (antiepiléptico de uso común).
Añadió que ningún paciente puede ser egresado del nosocomio mientras atraviesa una crisis convulsiva, ya que se trata de un estado en el puede dejar de respirar o tener movimientos ventilatorios permanentes, “se tiene que mitigar. No se te puede decir ‘sabes qué, este medicamento no está. Ahí nos vemos’. No puedes porque está en riesgo la vida”, declaró.
De acuerdo con el seguimiento médico, a la esposa de Ebenezer se le mitigó la crisis convulsiva con medicamentos y además se realizó un ajuste a su tratamiento, en el que se le otorga una nueva receta —atemperator de 600 mg, en tabletas lp de efecto prolongado y la fenitoína en tabletas— mientras que la difenilhidantoína no es un medicamento que corrija una crisis de forma inmediata.
El doctor Alemán comentó que la difenilhidantoína fue suscrita como una estrategia por parte del médico que atiende a la paciente, en caso de que no se mitigara la crisis convulsiva: “el familiar le preguntó que si existía algún otro medicamento más que pudieran llegar a utilizar para poder mitigar las crisis convulsivas, que si se lo podía recetar (…) no era una obligación comprarlo porque nosotros mitigamos las crisis”, garantizó.
En cuanto al precio del DFH, indicó que la caja cuesta entre 120 y 140, el cual contiene tres frascos de 75 mg cada uno, mientras que su suministro depende del peso de la paciente. En el caso de Guadalupe, quien pesa alrededor de 45 kilos, utilizarían tres ámpulas, es decir, lo que contiene un paquete.