Refrenda Sheinbaum estrategia de construcción de paz en Sinaloa y estados
Rioverde, SLP., 5 de mayo de 2019.- Al cumplirse casi 20 años de la llegada de la comunidad menonita en este municipio, los pobladores de Las Grullas han permanecido casi aislados, agrupados y escudados en sus celosas costumbres y tradiciones -que contrario a una parte importante de la sociedad mexicana-, no se han ido diluyendo.
Cruzaron hace dos décadas todo el país desde Campeche, para asentarse al oriente de la ciudad de Rioverde, en una zona del llano, con temperaturas altas y que hasta ese momento parecía estéril. La razón: el costo de las tierras muy por debajo del encontrado al sur del país.
Gerardo y Abraham, que formaron un grupo de trabajo para perforar pozos, platicaron de sus formas de convivencia que son celosamente guardadas solo para algunos privilegiados.
Todo en la colonia es diferente a México, la organización de las calles, las casas, los huertos, las granjas, es como si viajar 40 minutos desde el centro de Rioverde nos llevará a otro mundo.
Si una palabra define a los menonitas, es el trabajo, “de sol a sol” como muchos otros. Así comenzaron a hacer producir una tierra que ahora es rentable, por encima de sequías, calor, lluvia o contaminación, pues los dos incendios del relleno sanitario intermunicipal les han afectado directamente.
Hay una tradición importante en los menonitas, un respeto –hasta cierto punto- incongruente hacia la mujer; mientras administra la casa y el marido le entrega el fruto de su trabajo, en la calle, son recatadas, tímidas y casi siempre están atentas a la orden del marido.
Los enamorados pueden verse solamente los jueves y domingos y cuando hay un enlace matrimonial, corresponde al padre del novio pagar los gastos de fiesta, mientras que al padre de la novia regalar terrenos, carretas o caballo.
Todo lo que ganan los menonitas se lo dan a sus mujeres, si son solteros, se les enseña a ser responsables entregando el fruto del esfuerzo a sus madres. Hay mujeres que tienen carretas, pero debe ser manejada por un chofer.
En la colonia menonita se escucha el inglés y el holandés en mayor medida y solamente el español cuando salen a la ciudad.
En la colonia no falta nada, ni presión de agua, ni comida, tal vez diversión, pero así han nacido y es fácil acostumbrarse.
Destaca la autonomía en todos sentidos, la elaboración de su ropa, la perforación de sus pozos usando energía eólica, la electricidad a través de paneles solares, la transformación de sus alimentos, la creación de pastura para sus animales.
La comunidad menonita tiene un bajo nivel de deserción y al contrario, en 20 años su población ha crecido y es atractiva hasta para las campañas políticas que por primera vez llegaron en el 2015.
Acusados de explotar los recursos naturales por pobladores cercanos, no se puede negar que los menonitas son una sociedad diferente, una sociedad de trabajo y ciudadanos mexicanos, rioverdenses que jamás olvidan sus principios y doctrinas.