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RIOVERDE, SLP., 18 de abril de 2020.- Desesperanza, tristeza y una gran preocupación ha generado entre los campesinos las condiciones que se viven en la presa de San Diego que pasó de un nivel muy bajo, a quedarse sin agua, un paisaje que pocas veces se presenta y que se considera histórico.
En la presa se puede caminar desde la cortina hasta los embarcaderos sin encontrar siquiera un charco de agua o lodo, pues el sol y la falta de lluvia dejaron la superficie seca, pueden entrar vehículos, motocicletas, al grado que no hay huella de que se trate de un cuerpo de agua tan popular y famoso en esta región.
La presa de San Diego nutre los arroyos que proceden de la sierra, los cuales han recibido muy poca agua por la escaza lluvia, esa agua se concentra en la presa y es liberada para regar los sembradíos de ejidatarios del lugar y de tierras colindantes que ahora ven con preocupación el futuro de los ciclos de siembra.
Otro problema puede ser el sanitario, la presa es hábitat de al menos dos variedades de peces que también murieron y luego no se han reproducido, dejando el sitio con un olor a podrido que se cuela desde varios metros de distancia.
Para Graciela Robles, habitante del sitio, la presa es un símbolo de la comunidad y de Rioverde y sus condiciones actuales son “terribles y una muestra de cómo hemos destruido la naturaleza. Es la primera vez en mi vida que la veo así”.