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¡Una chambita! Diputados de SLP se aprueban sesionar vía home office
CIUDAD VALLES, SLP., 13 de enero de 2020.- Don Víctor llegó de su tierra natal hace casi un cuarto de siglo y se estableció aquí con su floreciente empresa de copias fotostáticas, en dos fases, y en dos domicilios de las dos calles principales del centro de la ciudad; pero con él se trajo la melancolía de la multicultural Oaxaca, y como para no extrañar, importó parte de sus tradiciones:
Así se ha convertido en costumbre en Ciudad Valles el Día de la Samaritana, regalando agua de chilacayota y horchata en la banqueta de su negocio; incluye el obsequio de café todos los viernes; la entrega de flores a mujeres los Viernes de Cuaresma; y la convivencia entre amigos, cada primer domingo del año, con sus tlayudas, la carne enchilada de cerdo, el tasajo de res, el singular chorizo oaxaqueño y los peculiares chapulines.
Pero la pasada Navidad tuvo una nueva ocurrencia: Regalar tarjetas con motivo de la ocasión, para que sus conocidos las mandaran por Correo tradicional a quien quisieran. Dice medio en broma –y medio en serio- que “para rescatar la herencia de su paisano” (el presidente oaxaqueño Porfirio Díaz), y recordando su infancia, cuando su padre lo ponía a competir con sus hermanos a ver quién recibía más tarjetas.
“Yo siempre ganaba, aunque muchas veces me las mandaba a mí mismo, para no quedar en último lugar”, reconoce divertido. Pero como –dicen que- “el karma existe” esta vez fue el Servicio Postal Mexicano el que le hizo trampa, y las cosas no salieron tan puntuales como hubiera querido; sus amigos llegaron, eligieron la tarjeta, y también el destinatario: Corría el 19 de diciembre de 2019.
Casi un mes después: El 8 de enero para ser precisos, una tarjeta arribó a su destino final, una oficina en la capital de San Luis Potosí; confundida entre papeles diversos, incluida la publicidad de proyección política de un diputado. La destinataria estuvo a punto de ignorarla, hasta que una duda vestida de curiosidad se construyó en su periodística mente “¿Quién rayos manda tarjetas navideñas por Correos en pleno siglo 21?”.
Más allá de la sorpresa (agradable uno se imagina), lo hilarante fue reparar en el “pequeño” detalle: Aquel envío se había tomado exactamente veinte días en recorrer menos de 300 kilómetros de la capital de la huasteca potosina a la capital del estado, una contabilización traducida en exorbitante demora, que deja muy mal referenciado al -cada vez menos solicitado- Servicio Postal Mexicano (Sepomex).
Cuando don Víctor se enteró de la conclusión de esta historia de mucha ingeniosidad, algo de melancolía, y demasiada tardanza, apeló otra vez a su chocarrería para pretextar: “No te fijes, son los efectos de la 4T”. La verdad –al final de cuentas- es que al Sepomex no le alcanzó ni el maratón “Lupe-Reyes” para entregar a tiempo la tarjeta navideña, y que dos tlayudas oaxaqueñas de 30 centímetros cada una, hacen olvidar cualquier retraso postal.