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Muere una joven en Tamaulipas tras fuerte ataque de tos
CIUDAD VALLES, SLP., 17 de agosto de 2020.- Casi dan las nueve de la noche, el centro de la ciudad ya muestra la soledad del cierre de la mayoría de sus comercios, en parte porque los martes cierran temprano (o no abren), debido a que la gente casi no sale a la calle ante la contingencia sanitaria, pero principalmente por la hora.
La ausencia de personas es aprovechada por un hombre que se detiene en cada orificio en las banquetas de la céntrica avenida “Juárez”, luego se inclina y deposita algo. “Son semillas de girasol” comenta cuando nos detenemos a saludarlo, y añade que aprovecha la humedad en el ambiente, para sembrarlas.
Parece una utopía la encomienda que se auto impuso, pero –como dice el refrán- “no hay peor lucha de la que no se hace”, y Ramiro Ponce Ramírez está acostumbrado a realizar acciones que los demás omiten; al mismo tiempo se ha habituado a que lo llamen soñador e incluso loco.
Ha emprendido campañas de reforestación, de siembra de guajes, editado libros y donado sus ganancias para combatir las consecuencias del calentamiento global, además de escribirle a los presidentes de la República para alertarles sobre la apatía de los mexicanos que daña al planeta.
Esa inquietud lo llevó a que partidos políticos ya desaparecidos lo invitaran alguna vez como candidato a puestos de elección popular, no ha ganado ninguna contienda pero sigue sin desanimarse en sus tareas peculiares de ayuda al medio ambiente. Parte de sus ganancias como productor cañero están invertidas en esas cruzadas.
Su labor –en apariencia inútil- nos recuerda al psicólogo jalisciense José de Jesús López Dorantes cuando contaba aquella fábula en la que un joven en la playa regresaba las estrellas de mar al agua para que no murieran; entonces un testigo negativo intentó burlarse de él haciéndole notar que las playas eran extensas, las estrellas muchas, y que estaba solo.
El altruista de la historia habría respondido, al tiempo que iba tomando estrellas y las regresaba al mar: “Sí, pero por lo pronto, ésta se salva; y ésta también; y ésta otra, igual”. Tal vez en un futuro no muy lejano, cuando veamos una flor en plena zona comercial recordemos a un loco que sembraba semillas una noche de martes 11 de agosto de 2020.