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PACHUCA, Hgo., 4 de abril del 2019.- Por presuntas agresiones, maltratos físicos y privación ilegal de la libertad en contra de una menor, se levantó una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo contra personal de la casa hogar La buena madre, ubicada en la zona centro de Pachuca.
Los hechos quedaron consignados en la carpeta de investigación Número Único de Caso (NUC) 12-2019-04734 que inició la madre de una menor víctima ante la subprocuraduría de Derechos Humanos y Servicio a la Comunidad de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo ante la atención del Centro de Atención a Víctimas (Cavic), por hechos donde se presume la violencia contra la menor de edad por parte de una Sor de nombre Silvia María.
De acuerdo con la tutora de la joven, los hechos comenzaron el pasado viernes en este internado, donde su hija ya tenía 3 años de acudir y al parecer sores de nuevo ingreso, provenientes de Guatemala (debido a la salida de anteriores madres encargadas de cuidado de las niñas en el lugar), han actuado de forma violenta contra varias niñas, al grado de recibir agresiones tanto físicas como psicológicas, cuestión que nunca pasó anteriormente con las anteriores encargadas.
La quejosa señaló que el día de los hechos, recibió fotos de amigas de su hija donde presentaba moretones y razguños en el cuerpo, debido al maltrato de la sor en cuestión, por lo que se trasladó al sitio.
Ya ahí, refiere, la religiosa le manifestó que su hija tuvo una conducta inadecuada, motivo de la reprenda sobre ella, por lo cual en reacción, la madre reprochó la acción de la monja, y advirtiendo de que la demandaría, a lo cual la sor pidió no emitir la querella contra ella con el compromiso de que no pasaría de nuevo.
Atendiendo el llamado de la sor Silvia María, la madre de la niña desistió de hacer la denuncia, llevándose así a su hija a casa.
Abundó que el domingo la dejó nuevamente en dicho internado pensando que no se repetirán los hechos, pero el lunes en la mañana recibió un mensaje de una de las amigas de su hija, donde le mencionó que no dejaron salir a su hija a clases, pues la mantuvieron encerrada en el cuarto.
Nuevamente se movilizó a la casa hogar donde al personal de vigilancia le pidió la entrada para ver a su hija, situación que le fue negada en reiteradas ocasiones, lo cual ocasionó que pidiera ayuda y gritara, lo que generó a su vez que avisaran a la policía municipal de Pachuca, misma que tras arribar al lugar y saber de la situación también pidió se le diera vista de su hija a la señora.
La demandante agregó que amigas de su hija al conocer lo que pasaba afuera, fueron por la menor que se encontraba encerrada y le abrieron la puerta para que fuera a ver a su madre.
Cabe destacar que la tutora menciona que en el sitio se apareció un hombre de nombre José Luis Hernández, quien dijo ser integrante del Patronato de dicha casa hogar y a su vez esposo de la presidenta del mismo, Concepción Tellería, quienes se comportaron de forma déspota aún ante el reclamo y los señalamientos en contra de la sor y las imágenes que evidenciaban las agresiones a su hija.
Tras la actitud de los responsables del internado, exigió la salida de su hija, con lo cual tuvo que firmar un convenio, donde resaltó las causas de que su hija abandonara el recinto, con lo cual se dirigieron a la procuraduría de defensa del menor.
Ya ante dicha instancia a fin de iniciar un procedimiento en contra de la sor, denunció que el mismo personal que la atendió, intentó persuadirla para evitar hacer la denunciar, ya que le decían que no iba a proceder, sin embargo ante la insistencia se le canalizó para que a través de la procuraduría estatal y Cavic se tomara la declaración y se integrara la NUC en la instancia competente, esto, a la espera de que se confirme la investigación del caso.
La madre de la menor involucrada en este caso, apuntó que además de las represalias contra su hija no sólo se derivan de cuestionar los actos de violencia de su hija contra otras compañeras por parte de las religiosas, sino que también deviene de presuntamente conocer u observar material pornográfico en una computadora que le prestaron las mismas sores, imágenes que se ubican en una carpeta del artefacto.
Refirió que debido a esto es como se atribuyó la agresión recibida por parte de su hija, y a decir de su propio testimonio, la propia Sor Silvia María confirmó que existía ese material visual y del cual la niña nunca tuvo que saber.