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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., a 24 de abril de 2019.- Se realizó la tercera audiencia del juicio contra Eduardo “N” -alias Cayeyo Jr.- acusado de homicidio calificado por ventaja y traición en contra de Eugenio “N” el pasado 5 de mayo de 2017 -en el lujoso fraccionamiento Campestre-; en este proceso la defensa ha logrado poner contra la pared a la Fiscalía General del Estado, porque uno de los peritos no realizó la muestra fotográfica con el protocolo correcto y podrían tumbar el caso para dejar al imputado en libertad.
La audiencia estaba programada para realizarse este miércoles en punto de las nueve de la mañana, sin embargo, desde las ocho horas la recepción del Centro Integral de Justicia Penal ya estaba abarrotada por el público y prensa que realiza la cobertura de las audiencias. La defensa compuesta por Héctor Vega Robles, Rafael Aguilar, Marco Polo Méndez y Álvaro Ramírez Segura, así como la parte acusadora -llevada por los fiscales Víctor Hugo Facundo, Pablo Alvarado Silva y Antonio Rodríguez junto con el asesor victimal de la parte ofendida, Alfredo López Montante, llegaron puntuales para afinar detalles antes de los interrogatorios a seis testigos.
Mientras tanto, el tribunal compuesto por el Juez Presidente José Pedro Gómez Ávila, acompañado del juez relator Roberto Martínez y el juez acompañante David Ramos, ya se encontraban en el lugar.
A las nueve en punto inició la audiencia y luego de dar vista a los representantes de ambas partes se llamó al estrado a uno de los testigos, Luis Israel “N”, quien es agente de la Policía Ministerial, para rendir su declaración sobre el día en que ocurrieron los hechos.
Posteriormente, el tribunal llamó a declarar a José Adrián “N”, también agente de la policía ministerial, quien declaró su participación en el resguardo del domicilio donde se cometió el ilícito y señaló estar cursando el quinto semestre en derecho penal; la fiscalía preguntó cuál era el motivo de seguir con su educación profesional y respondió “estudiar me ayuda a hacer mis actos más profesionales”.
Luego de rendir declaración, la defensa solicitó se anulara la misma porque presuntamente el nombre de este testigo -acreditado con su identificación- no coincidía con el de la lista, evidenciando así un error por parte de la Fiscalía General del Estado; este acto fue recriminado por el tribunal a ambas partes, ya que son los litigantes quienes manejan la información del caso.
Se negó la solicitud de la defensa argumentando que se había dado fuera de tiempo y que el testigo ya había expuesto su testimonio por lo que fue liberado por las partes y su declaración tomada en cuenta dentro del juicio, a pesar de la molestia de los abogados defensores.
Tras haber liberado al tercer testigo se ordenó la presencia del cuarto, Raúl “N”, quien fuera el médico encargado de hacer la necropsia al cuerpo de la víctima; luego de algunos minutos, la Fiscalía consideró importante que se detallaran algunos rasgos del procedimiento y mostrar fotografías, por ello se ordenó el desalojo de la sala al público y prensa.
Luego de más de tres horas fueron llamados a reingresar a la sala, dando paso al testimonio del quinto testigo, Juan Bernardo Bustamante “N”, quien funge dentro del área de servicios periciales por parte de la FGE como perito en criminalística y balística; él se mostró hostil ante los cuestionamientos de la defensa, aunque sustentando sus respuestas; a pesar de ello, las cosas no se dieron muy bien para el testigo, debido a que fue exhibida la presunta arma con la que se cometió el crimen, al igual que imágenes fotográficas a detalle.
La defensa notó una característica durante el embalaje del arma el día de los hechos: en el acta quedó asentado el número de serie 52503M, sin embargo, la evidencia física no coincide porque la presentada ante el tribunal durante este juicio mantiene otro signo, es decir, tiene las características de un escrito bajo los números y letras 52503ME, cuya última letra no se aprecia en las imágenes tomadas el 5 de mayo de 2017 respecto a esta arma de fuego.
Ante ello, la defensa argumenta que no existe la certeza de si el arma presentada durante el juicio es la misma que se encontró en la escena del crimen. Esta teoría podría generar, según abogados expertos en el caso, que al no haber arma homicida tampoco haya delito que se le impute a Eduardo “N”, quien podría salir de la prisión dadas las fallas dentro de este proceso.