Refrenda Sheinbaum estrategia de construcción de paz en Sinaloa y estados
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 25 de octubre de 2018.- Salir a las calles de esta ciudad no resulta nada sencillo para quienes viven con discapacidad visual; por ello resulta admirable que una persona no se limite en lo absoluto para realizar sus actividades cotidianas, literalmente a ciegas.
La falta de infraestructura incluyente y las deficiencias de las calles como baches, alcantarillas abiertas, rampas carentes de estándares de calidad y falta de señalética, son los principales problemas de las personas invidentes. Aún así, ellos se adaptan. Incluso hay quienes se dan el lujo de mostrar a otros cómo es el desplazamiento de alguien que no puede ver, pero que puede andar por la jungla de cemento con la guía del resto de sus sentidos.
La asociación Trabajemos Por Una Nueva Luz A.C, se dedica a sensibilizar a diferentes sectores de la población sobre la importancia del sentido de la vista y la falta de ella. Un grupo de personas ciegas realiza recorridos con personas videntes a las que se les cubren los ojos y son guiadas en recorridos turísticos que salen por completo de lo ordinario.
Antonieta Castillo, pertenece a esta asociación. Para ella, caminar por la calles de San Luis Potosí, sí representa un riesgo porque no se tienen las condiciones óptimas de inclusión, pero también significa la oportunidad de concientizar sobre los mitos y realidades de la discapacidad física.
«Con este tipo de actividades la gente se va sensibilizando sobre el tema de la discapacidad. Salir a la calle depende de cada persona ciega, la rehabilitación que tenga y su adiestramiento; para nosotros es muy importante hacer estos recorridos turísticos que se viven desde otra perspectiva», destacó Antonieta.
Por su parte, don Rogelio Martínez, quien también forma parte de la asociación, se desplaza todos los días desde la colonia Satélite, al sur de la ciudad, hacia el centro histórico. Don Rogelio lamenta que a veces la sociedad no muestre empatía hacia las personas con discapacidad, cuando cada humano tiene el mismo valor. «Desgraciadamente, a veces eso pasa, uno le dice a otra persona, ¿me puede ayudar a cruzar la calle? y parece que es más fácil que un perrito muestre esa empatía».
Sin embargo, asegura que ese no es motivo para dejar de mostrar el lado bueno de las cosas. «A veces hay postes, alcantarillas u otros objetos que nos estorban, a veces está la indiferencia de la gente, pero uno sale adelante; uno puede desplazarse en ciertos caminos y si uno quiere puede hasta correr» reflexionó.