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Muere una joven en Tamaulipas tras fuerte ataque de tos
Estoy monero se la ha pasado como el cuervo de la tormenta graznando, muy a mi pesar los problemas que se avecinan alrededor de nuestro estado en los próximos meses. A principios del año pasado pudimos tener una probadita de lo que se venía con la problemática del petróleo y los acontecimientos que sucedieron con la crisis entre Rusia y los Países Árabes. Aparentemente eso se detuvo un poco en unos meses, pero Pemex, la paraestatal que forma parte de la base de nuestra economía, se vio severamente afectada. Y qué decir con los problemas que se vinieron posteriormente en el servicio de la industria petrolera nacional y todos los demás sectores de nuestra economía como el comercio y la industria, causados específicamente por la pandemia, pero no nos adelantemos.
Por otro lado la inseguridad rampante, el crecimiento de homicidios y conflictos entorno al mundo del narcotráfico del que está totalmente impregnado en nuestro país; las fallas en la impartición de justicia en donde el gobierno ha demostrado no sólo ser proclive a la impunidad, como se vió en el caso del General Cienfuegos y de Jorge Ovidio, o el letargo jurídico alrededor de Emilio Lozoya y también en el tan cacareado asunto con Genaro Luna. Debemos contar también la cuota de feminicidios, robos, secuestro y otros males, que no han disminuido en ninguna parte del país.
Y qué decir de la pandemia cuyo flagelo se empezó a sentir en nuestro país en febrero del 2020 y continuó hasta la fecha, incrementándose en momentos clave, como en marzo que comienzan los cierres y ajustes, en mayo donde en un acto de pánico (En opinión de este monero, bastante justificado el pánico) se cerraron comercios totalmente y otras partes sensibles a la población, logrando muy poco, ya quisiéramos estar en el nivel que estábamos en aquel mayo. El pésimo manejo y conducción general de la pandemia por las autoridades federales lo han pagado casi dos mil mexicanos a los cuales hoy lloramos, y los dos millones de enfermos que se contagiaron. Como decíamos, también los efectos directos o indirectos en los otros aspectos de nuestra vida, cómo es la economía y la inseguridad.
E inevitablemente tenía que llegar el cuarto jinete del apocalipsis, las elecciones federales y en el caso de San Luis Potosí, locales tanto de diputados el congreso del estado cómo de presidentes municipales y por supuesto gobernador. Sin regresar al mismo tema sobre los partidos políticos y candidatos que están causando un caos increíble en nuestro estado, podemos hablar únicamente de la situación que se vive con tan solo el proceso electoral que se presta para un caos inimaginable, los ánimos están muy caldeados, las partes están muy calientes y la población está más atenta que antes. Y todo parece una olla a punto de ebullición y que nos trae además la preocupación de (sí, como adivinan) la pandemia, no sé qué medidas se tomarán para realizar las elecciones dadas las circunstancias. Este monero duda mucho que los institutos electorales estatales y federales vayan a salir bien librados de este evento de junio 6, pero cruzamos los dedos o hacemos changuitos, porque esto salga lo mejor posible.
Ahora si, me permito el comentario de lo que ya antes de dicho, con semejantes candidatos, la que nos espera… va a ser cuando menos una locura.