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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 31 de julio de 2025. En México, el 70.1 por ciento de las mujeres de 15 años o más ha vivido al menos un tipo de violencia, y en el 39.9 por ciento de los casos, el agresor ha sido la pareja. En este contexto, una de las formas más extremas y dolorosas de agresión es la violencia vicaria, en la que los hijos e hijas son usados como herramienta para dañar emocionalmente a las madres.
Este tipo de violencia fue definida por la psicóloga argentina Sonia Vaccaro como la agresión ejercida a través de terceros, principalmente los menores, con el propósito de someter o castigar a la mujer tras la ruptura de la relación. Las conductas van desde chantajes, amenazas, impedimento del contacto materno, hasta la sustracción ilegal de los hijos, maltrato físico y psicológico, e incluso el feminicidio infantil.
En noviembre de 2022, San Luis Potosí fue uno de los primeros estados en incluir la violencia vicaria en su Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, sin embargo, la reforma se limitó a definirla, sin describir las conductas específicas ni los mecanismos para sancionarlas.
Esto genera vacíos legales que impiden a las autoridades actuar eficazmente y facilita que los agresores evadan su responsabilidad, advirtieron legisladoras y activistas en un foro reciente sobre el tema. Pese a que en 2024 se reformaron también el Código Penal y el Código Familiar estatal, y se incorporó la pérdida de patria potestad como posible consecuencia, aún no se han detallado los actos que constituyen esta forma de violencia.
Casos como el impedimento del contacto materno, la manipulación emocional de los hijos, amenazas con hacerles daño o el uso del sistema judicial como instrumento de acoso, quedan en una zona gris, donde muchas veces las víctimas no pueden acceder a justicia ni protección.
De acuerdo con el Índice de Paz México 2023, las muertes violentas de mujeres en el país tienden a estar relacionadas con la violencia en pareja, a diferencia de los homicidios masculinos, más vinculados al crimen organizado. La violencia vicaria se inscribe en este contexto como una forma extrema y cada vez más frecuente de agresión de género.
Especialistas señalan que esta violencia se agrava cuando el Estado falla en garantizar los derechos de las mujeres y de las infancias, al no contar con un marco legal completo ni con protocolos efectivos de protección.
Reproducción autorizada citando la fuente: Quadratín SLP
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