Agarran en Soledad a presunto pájaro de cuentas; tiene 8 arrestos previos
CIUDAD VALLES, SLP., 23 de julio de 2020.- El pregón oficial sobre la efectividad de las cámaras de vigilancia en la ciudad, que asegura servirá para monitorear en tiempo real la seguridad de la ciudadanía, para auxiliarle de forma expedita en la prevención de algún delito o la identificación de un delincuente, ha sido puesta en tela de juicio tras los acontecimientos ocurridos hace una semana a una mujer de 33 años, sobre el bulevar Ejército Mexicano, frente al Fraccionamiento Altavista.
Según versión de la afectada –quien solicitó reservar su identidad- alrededor de las seis de la mañana del pasado 16 de julio, se dirigía sobre la citada arteria, frente a la maquiladora Uniformes de San Luis, con rumbo a una rampa cercana de taxis; se sentía segura porque ella solía caminar en el rumbo cuando fue estudiante del Cobach 24, y más aún al notar la existencia de una cámara de videovigilancia, cerca de la cual avanzó.
Notó que una persona cruzó la avenida, descalzo, vistiendo un short azul y playera de algodón, deteniéndose a la altura de la tienda “Alex”, trató de bajarse de la banqueta, pero fue alcanzada por el sujeto, quien la tomó con su mano izquierda, asfixiándola, y con la otra mano colocó un arma blanca en sus cervicales indicándole que se diera vuelta y le hiciera caso, o la mataría. Trató de gritar pero su voz era ahogada por la presión que ejercía el agresor.
La desplazó una cuadra, pensó que solamente la asaltaría pero sus intenciones eran peores: intentó meterla al predio abandonado y lleno de maleza que colinda con el edificio abandonado de la Canacintra, ella resistió y en un momento pudo gritar fuertemente pidiendo auxilio, al tiempo de suplicar que se llevara sus cosas pero que no le hiciera daño. El ruido que se estaba generando pareció hacerlo desistir de otros propósitos más graves y tomó su mochila (tipo bolso) de color blanco.
El atacante huyó llevándose su celular, tableta, credenciales y tarjetas, mientras ella pedía ayuda en casas cercanas donde había luz encendida, para posteriormente reportarlo al número de emergencias 911: moreno, complexión media, de 1.65 metros aproximadamente. Después acudió a presentar la respectiva denuncia y está a la espera de que se haga justicia, y que las cámaras de vigilancia puedan ubicar al agresor, ya que no sirvieron para que le facilitaran apoyo inmediato, pues ninguna patrulla se apareció al momento.
“(El alcalde) Adrián Esper aseguró que las cámaras están siendo monitoreadas en tiempo real por tres corporaciones y 48 horas eran suficientes, (pero) no vieron mi agresión en tiempo real y no se ha dado con mi agresor. Hasta que no tenga a mi agresor en la cárcel y lo ubiquen no estaré tranquila. No quiero que se sienta con el valor de seguir lastimando a más personas. En estos días soñé que me mandaban matar por difundir esto en redes. Tengo miedo, sí, pero eso no me va a detener”, enfatizó.