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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 16 de marzo de 2019.- El gusto por ellos es inexplicable, solo nace la pasión por tenerlos, recuperarlos y darles de vuelta su vieja gloria, son autos clásicos que, aunque no serán utilizados, eso no impide que el placer por tenerlos muera.
El arquitecto Andrés Jardín, explicó que para considerar a un auto como clásico tiene que tener por lo menos 30 años de antigüedad a la fecha, es decir de 1989 hacía los años anteriores, aunque no todos pueden entrar a la denominación de “clásico”, pues también depende de su tipo.
Su valor también dependerá de la cantidad de automóviles que fueron fabricados en el mundo y cuantos existen en la actualidad. Por ejemplo, si de un modelo de 1930 solo se fabricaron 15 y en la actualidad existen solo cinco, su estimación llega a ser de millones de dólares.
Él comenzó a coleccionar automóviles antiguos hace 30 años y aunque sabe que el dinero invertido no lo va a recuperar, así como los años dedicados a restaurar sus autos, la razón por tenerlos es incierta, mientras que su gusto es inexplicable, “no puedo decir el porqué, solo nos gustan y ya”.
Por lo general, no son utilizados como carros de calle, ya que mantenerlos es imposible en la actualidad debido a la gran cantidad de gasolina que se necesita para moverlos, mientras que los modelos más recientes pueden dar de 13 a 20 kilómetros por litro, los clásicos solo dan de seis a siete, “ya los carros son más eficientes, más livianos (…) estos carros son motores enormes, los llamaban musculosos”.
Entre algunos de los automóviles del arquitecto, está un Datsun Z de 1974 que le fue difícil de encontrar; inicialmente le costó 20 mil pesos, sin embargo, le llevó alrededor de siete años el poder restaurarlo y una inversión que elevó el precio del coche a 300 mil.
También cuenta con un Street Rod, módelo T de 1926, para poder su coche en buen estado tuvo que cambiar su motor por uno tipo v8, cuenta con una transmisión automática, un chasis especial para poder montarlo, aunque su carrocería no la tocó.
Señaló que para contar con carros de tanta antigüedad como este último, se realizan réplicas que generalmente están hechas a partir de fibra de vidrio, se montan sobre un chasis moderno y se realizan las adaptaciones adecuadas para hacerlo funcional.
A pesar de que se cuente con autos de hace más de 30 años, Andrés señaló que no por ser viejos valen la pena restaurarlo; la persona tiene que observar si vale la pena la inversión y ser consciente de que tenga las condiciones necesarias, pues si el coche está demasiado deteriorado, con oxido o golpes, su reconstrucción suele ser complicada.