Se hunde carretera Ciudad Valles-Tamazunchale, recién inaugurada
SAN LUIS POTOSÍ., SLP., 22 de septiembre de 2018.- Comercios semifijos ubicados en los alrededores del Hospital Central, Ignacio Morones Prieto, serán reubicados en tanto continúan las obras de construcción de la nueva torre médica.
A más de dos meses del inicio de la edificación, comerciantes -algunos ya reubicados- consideraron positiva su reubicación por su propia seguridad y las de sus clientes, no obstante, pudieran registrar una baja en su venta.
El próximo lunes, la señora Isela Sánchez, vendedora de revistas espera ser reubicada sobre la banqueta de una plaza comercial ubicada sobre avenida Niño Artillero.
Comentó que desde que comenzó la edificación que muchos compañeros, como alternativa, se han visto obligados a buscar un segundo empleo.
Respecto a si ha constatado accidentes ocasionados por descuidos durante los trabajos de construcción de la torre médica, mencionó que no y que precisamente por su seguridad y las de sus clientes accedió a moverse.
La señora Martha Ortiz, quien lleva 50 años vendiendo tamales a un costado del hospital, dijo que fue reubicada cuando comenzó la obra.
Otra vendedora de revistas, Isela Sánchez, no descartó el cierre de la vialidad ya que muchos estudiantes “se arriesgan demasiado”, porque la banqueta quedó cubierta por el muro que resguarda la construcción, dijo.
Por su parte Daniel Portillo, también vendedor de tamales, comentó que fue reinstalado en la avenida Manuel Nava y a pesar de que las ventas se han mantenido, su preocupación es que al terminar la obra “batallemos en instalarnos donde estábamos”.
En relación a la vialidad, las obras han ocasionado que se reduzca el espacio de tránsito peatonal de vehículos sobre la calle de Niño Artillero, que es más concurrida por estudiantes y es el paso de las rutas 15, 2, 28, 27 y 34 de transporte público.
Aunque al principio de la obra, se contó con la presencia de un agente de tránsito que indicaba a los peatones utilizar la banqueta opuesta para evitar caminar en la zona de rodamiento, a la fecha no existe vigilancia vial y los peatones optan por caminar en el estrecho espacio.