Jóvenes lanzan pirotecnia a hombre en situación de calle, en SLP
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 6 de julio 2020.- El cabalístico número 13 siempre entra en discusión sobre si su significado representa buena o mala suerte; la cultura popular lo relaciona a las ya conocidas películas de terror donde el común denominador son los asesinatos, sin embargo, la realidad supera la ficción en Rioverde y Ciudad Fernández –municipios conurbados-, escenario precisamente de 13 homicidios sin resolver en escasos 67 días.
Las autoridades hacen mutis total y otras, como si fuera la solución, etiquetan a los muertos por su antecedente delictivo como detonante de su muerte, incluso la Fiscalía General del Estado ni siquiera ha informado en sus boletines habituales el inicio de investigaciones, relegando estas muertes a segundo término, como si hubiera crímenes de primera o segunda división.
Desde el 28 de abril hasta el 4 de julio, dos meses y días, se han cometido en esta zona los peores crímenes con características comunes: sadismo, odio, venganza y un claro desencanto por la vida del prójimo.
Alejada de toda ficción, la realidad la supera en Rioverde y Ciudad Fernández al presentarse en 67 negros días, desde el 28 de abril hasta el 4 de julio, 13 asesinatos.
Cuando un homicidio ocurre, entra a escena la parafernalia policiaca, patrullas, oficiales, policías de investigación y peritos inician trabajos con una parsimonia que se alarga hasta otras etapas de indagatorias donde el resultado es: impunidad.
Lo que es un hecho, es que no se conoce públicamente –siendo excusa perfecta-, de órdenes de aprehensión y menos detenidos. Se impone en el argot policiaco el clásico “ya los tenemos ubicados” frase usada por el policía aún llamado “judicial” con prominente abdomen que camina luciéndose con su pistola fajada a la cintura y arrancando a toda velocidad en su patrulla rumbo a “checar unos datos”.
TIENEN NOMBRE
Para nadie en la sociedad es secreto que se trata de ajustes de cuentas entre bandas delincuenciales dedicada al narcomenudeo, pero incluso esa idea termina siendo una leyenda urbana porque ninguna autoridad se atreve a declararlo públicamente o a presentar avances de alguna indagatoria.
Las trece muertes, representan además duelos familiares, niños en orfandad y en el peor de los casos desintegración familiar, fenómenos que al paso de los años se vuelven a repetir como un círculo inagotable.
Las víctimas: Federico, Alejandro, Miguel Ángel, Gumaro, Miguel, José Uriel, Gabriel, Jesús, Juan, Mario, Sergio Alberto, José Luis, Karim Azael, retumban en las planas de la nota roja y las secciones sensacionalistas de los noticieros, pero ahí se quedan, asumiendo que su contexto social y actividades previas a su muerte los llevaron a ser víctimas de lo que construyeron, equiparándose a un juicio sumario que la sociedad construye entre bases poco sólidas que se revelan solo hasta que la muerte está muy cerca.
ES LA SEGUNDA
Esta última racha de 13 homicidios, se suma a otra que alcanzó los siete crímenes entre enero y marzo, sin sumar el asesinato de un niño de 8 años y el secuestro y posterior crimen de un paisano en otra comunidad rural, además de crímenes en Villa Juárez, Cerritos y Rayón, todos impunes.
Los 13 en Rioverde y Ciudad Fernández llena de luto a sus seres queridos, también de culpas y quizá la etiqueta, lleva a las autoridades a dar pasos por el camino de la indiferencia, la falta de interés en resolverlos y quizá demuestra el déficit de personal profesional en un trabajo que representa uno de los mayores riesgos.
DONDE SEA
En Rioverde se mata igual en el monte que a la orilla de una carretera, en una colonia popular o en zonas altamente transitadas a los ojos de todos; los homicidios ocurren con el fatídico promedio de una muerte violenta cada cinco días, desde el 28 de abril con un doble homicidio, se han tenido homicidios el 11, el 22 (otro doble homicidio), 24 de mayo, el dos, cinco, ocho, 14, 19, 20 y 30 de junio.
Trece crímenes sin revolver de una larga lista de otros delitos del orden patrimonial, todos hombres, el más joven de 23 años y el de mayor edad de 53, todos en edades productivas, todos con historias de vida y que con su muerte, sigue habiendo una deuda muy grande de la sociedad hacia ellos.
¿Por qué encaminarse a esta ruta? ¿Por qué terminar así? Las respuestas son análisis de muchas materias, pero no de la Fiscalía que hasta la fecha tiene un récord perfecto en impunidad.
JUEGO MACABRO
En las oficinas de la Policía de Ciudad Fernández, existe un pizarrón donde uno a uno han tachado a todos los detenidos por posesión de drogas que han aparecido asesinados, como un juego macabro del rival más débil.