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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 27 de octubre de 2019.- Resabio de una fallida estrategia de seguridad, en la esquina que conforman las avenidas Del Aguaje y De las Cascadas, en el Fraccionamiento El Aguaje, permanecía sin uso alguno, un módulo de la Dirección General de Seguridad Pública Municipal.
La construcción funcionó como caseta de vigilancia, pero sólo durante el trienio de un alcalde panista.
El punto señalado se encuentra en los límites del fraccionamiento y la Unidad Habitacional Arbolitos, solo separado por la vía del ferrocarril México-Laredo.
Los vecinos ya no recuerdan qué presidente municipal fue el que mandó construir la estructura, pero contaba incluso con una celda. Lo que sí permanece en su memoria son los nulos resultados que la medida generó.
Y es que a cargo del módulo estaba comisionado un agente preventivo, pero sin arma alguna. Solo tenía un radio con el cual pedía apoyo cada vez que se desataba una riña colectiva entre las pandillas de la zona.
Además, no pocas veces el módulo de seguridad se convirtió en búnker, ya que el solitario agente municipal se convertía en blanco de los ataques pandilleriles.
Al terminar el trienio el lugar quedó en el abandono. Un nuevo jefe policiaco, implementó otras medidas. Además, en El Arbolito, la Policía Estatal tenía una base en toda forma.
A la caseta no tardaron en grafitearla, romperle los vidrios e inclusive fue víctima de un borrachazo en su fachada. Después, se escondían delincuentes que asaltaban a quienes pasaban muy de noche o en las mañanas, razón por la cual algunos vecinos propusieron su demolición. Otros pedían que se usara para dar clases de alguna artesanía u oficio, pero no hubo consenso.
Solo San Judas hizo el milagro. El espacio fue habilitado por los propios vecinos como una capilla para el santo.
Los encargados del cuidado de la capillita, confían que la venerada efigie resulte más efectiva que la Policía Municipal.