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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 15 de marzo de 2020.- La presa de San José, un atractivo turístico para muchas familias que la visitan los fines de semana para disfrutar, luce actualmente en el abandono.
La cantera está dañada por pintas (graffiti), los juegos infantiles son peligrosos porque tienen láminas en mal estado y no están en condiciones de uso ni menos diversión.
Los baños -por su parte-, aunque son de primera necesidad, no están bien acondicionados y en el colmo carecen de agua, mientras que algunos mingitorios están igual. Los locatarios usan estos espacios como bodegas para guardar sus estructuras, hay basura y en el recorrido de Quadratín SLP, se observó que los barandales de seguridad en las escaleras de ascenso y descenso de la presa, están dañados.
El señor Víctor Castillo Lara, visitante, opinó que en 1956 este lugar era un bosque maravilloso, pero lo alcanzó la urbanización, a tal grado que invadió hasta la represa.
“Antes, la vegetación alcanzaba hasta el barrio de Morales”, dijo, al tiempo que indicó que cuando era niño, la contrapesa también era muy concurrida por las familias que acudían a nadar en ella los fines de semana, pero ahora está en abandono y en malas condiciones.
“Este atractivo turístico debería de ser más cuidado, para que sea más visitado como hace 40 años”, señaló.
Consideró que las autoridades deberían encontrar la fórmula que sea la más inteligente para que lo antiguo conviva con lo moderno.
“San Luis es una mezcla de modernización con un pasado histórico hermoso, con un impulso que no se debe ignorar, el reto es encontrar un equilibrio para el avance. Los países que han sabido combinar lo antiguo con lo moderno están en Europa, como la capital de Grecia y muchos otros”, indicó el visitante Víctor Castillo.
UN GIGANTE
La presa de San José era la fuente principal de abastecimiento de agua potable para la capital potosina, hasta hace un cuarto de siglo, de acuerdo con Cronologías de San Luis Potosí.
«La presa en sí es una obra maestra de ingeniería y su cortina una verdadera obra de arte», señala.
Su construcción data de 1894, su cortina es de piedra pulida y mide más de 100 metros de largo, por 32 de altura y siete de espesor en su parte más alta.
«El paraje de la presa es pintoresco y su visita constituye un grato paseo», señala Cronologías.