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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 24 de diciembre de 2019.- Ya es época navideña y con ella llegan las fiestas decembrinas, en especial las posadas. Estas comienzan a partir del 16 de diciembre y concluyen el 24, cuando se acuesta al Niño Jesús y se celebra su nacimiento.
Los festejos comenzaron con la llegada de los españoles a México y la colonización, cuando los religiosos encargados de la evangelización de los pueblos sustituyeron la figura del dios Huitzilopochtli por dicha práctica europea, símbolo de la preparación para la Navidad.
En un inicio se les conocía como Misas de aguinaldo, cuando se celebraba en los atrios de las iglesias y conventos, los cuales consistían en proclamar la misa en conjunto con pasajes y representaciones alusivas a la Navidad, además de dar regalos a los asistentes, conocidos como aguinaldos.
Con el paso de los años, a las celebraciones se les fueron agregando más elementos como velas, luces de bengala y piñatas, hasta que se adoptaron en los barrios y en las casas. Costumbre que continúa en la actualidad.
Gracias al cambio de los templos a las calles permitido por la iglesia, se le dio mayor difusión a la festividad entre toda la población del país. Por lo que ahora los vecinos que se reúnen para realizar la posada representan la solicitud de alojamiento que realizaron San José y la Virgen María, durante su peregrinar en la ciudad de Nazaret para llegar a Belén.
Las representaciones que antiguamente se realizaban en los templos, en la actualidad la llevan a cabo todos los asistentes de la posada quienes se dividen en dos grupos: quienes representan y acompañan a los peregrinos, y aquellos que se encuentran en el interior de la casa para negar el alojamiento en un inicio.
Las posadas son acompañadas de piñatas, también se dan los famosos aguinaldos, sobre todo a los más pequeños. Aunque originalmente contenían fruta como mandarina, cañas y cacahuates, en la actualidad se hacen con dulces, galletas y juguetes.
Y, por último, no podía faltar el convivio entre las familias y vecinos, con el tradicional ponche de frutas o un atole de champurrado, acompañado por unos ricos tamales.
TRADICIÓN EN FAMILIA
La señora Raquel, explicó que una vez llegado el 24 de diciembre la figura del Niño Dios se arrulla para acostarlo y, con el apoyo de los padrinos, se entregan bolsas de dulces a los asistentes para después comenzar con la cena.
Sin embargo, indica que en la actualidad las posadas ya no se celebran con el mismo entusiasmo, sino que ahora son “el alboroto, el ruido, la tomadera”, y no la tradición como en años anteriores cuando se continuaba con la cena en familia.
El señor Macario coincide en que anteriormente se reunían en una casa toda la familia, desde el 16 de diciembre cuando se celebraba la primera posada, hasta el 6 de enero, cuando se levantaba al Niño Jesús.
Para doña Raquel, las posadas significan la celebración del nacimiento del Niño Jesús y la llegada de los Reyes Magos, además de ser días “muy bonitos” en los que la familia debe estar unida y celebrar.
LA REPRESENTACIÓN
Los intérpretes de la Virgen María y San José entonan la siguiente estrofa:
En el nombre del cielo, os pido posada, pues no puede andar, mi esposa amada.
Mientras que aquellos que se niegan a dejarlos pasar cantan lo siguiente:
Aquí no es mesón, sigan adelante, no les puedo abrir, no vaya a ser un tunante.
Por último, después de que los peregrinos solicitan la posada tres veces más y los posaderos aceptan darles asilo, ambos grupos cantan al unísono:
Entre santos peregrinos, peregrinos, reciban este rincón, que, aunque es pobre la morada, la morada, os la doy de corazón.
Después de que ambos grupos se alojan en una de las casas a las que les corresponden recibir a los peregrinos, se parte la piñata.