Festejará SLP 432 años de su fundación con Ballet Folklórico de México
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 25 de diciembre de 2018.- Ser policía no es una tarea sencilla y mucho menos si por servir a la ciudadanía se descuida a la propia familia y perderse en muchas ocasiones de las reuniones familiares, festejos de cumpleaños, pero, sobre todo, ver crecer a los hijos. Ese es dilema al que día a día se enfrentan los oficiales de la Policía Vial Yazmín y Francisco, quienes, por siete y cuatro años, respectivamente, se han dedicado al servicio de la población.
Francisco, compartió que en la corporación policíaca se tiene establecido un rol de guardias y se sortean los días 25 de diciembre y primero de enero. Durante cuatro años su navidad ha consistido en cenar cualquier cosa que alcancen a comprar en la calle, abrazar a sus compañeros de trabajo y apartarse del grupo unos cinco minutos para hablar con su familia, su esposa e hija pequeña, pues en estas fechas el trabajo incrementa para un oficial de vialidad.
Entre las atenciones a los turistas, discusiones con personas en estado de ebriedad y soportar el tráfico imparable en horas pico, por la afluencia de personas en diversas zonas de la ciudad, los días festivos siempre resultan el triple de pesados para ellos.
Y no siempre la familia comprende estas situaciones, pues contó que al principio su familia no entendía su trabajo y hubo problemas por las ausencias de Francisco en las fiestas, sin embargo, a través de los años se han logrado adaptar al ritmo de él y hoy por hoy las fiestas también se adaptan a los horarios y descansos que tiene, para disfrutar a su pequeña de tres años, quien cada día sufre una batalla al ver partir a su padre al trabajo.
Yazmín, su compañera, también tiene una pequeña de cuatro años, quien a su corta edad ha tenido que pasar algunas navidades en casa de su abuelita materna porque su mamá tiene que trabajar.
Ella compartió que en lo posible se busca que no se opaquen las fiestas de su pequeña y se las debe ingeniar para que reciba sus regalos en tiempo y forma, pero lamentó no poder apreciar las expresiones de entusiasmo al recibir sus regalos en la navidad.
A pesar de ello, estos oficiales que día a día exponen su integridad por la de los demás, compartieron que las experiencias de ser un Policía Vial son más gratificantes, pues la ayuda a la ciudadanía deja una satisfacción incomparable, porque a diario se aprende algo distinto.
“Me ha enseñado paciencia, amor a los demás, comprender a las personas con sus diferentes problemas, es muy bonito nuestro trabajo, se hace por vocación, por gusto y no por obligación”, remató Yazmín.