Mujer se accidentó en la 57 y pasó 4 días frente a restaurante de SLP
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 25 de diciembre de 2019.- Las crónicas del comerciante más famoso de todos los tiempos, Marco Polo, aseguran que las piñatas eran usadas en China para celebrar rituales de abundancia alimentaria de semillas cosechadas, utilizando una figura de un buey.
Es probable que la tradición llegara a México con los viajes que realizaban los galeones españoles desde Manila -en Filipinas- hasta el puerto de Acapulco en México y fuesen utilizadas en el país para las celebraciones rituales de la religión católica, rompiendo así, los siete pecados capitales, número de picos de la piñata.
Otra versión, de los cronistas españoles, asegura que las poblaciones mayas utilizaban una olla de barro y que, con los ojos vendados, intentaban romperla colgada de una cuerda. La olla estaría rellena con cacao, la semilla más importante para los pueblos mesoamericanos.
Luego, con la evangelización española, los frailes atribuyeron un recurso didáctico para enseñar los pecados capitales y, recordar, como lo hizo San Francisco de Asís, la relevancia de la Navidad.
Por ello, las estrellas caracterizan la forma de las piñatas incluyendo siete picos, los pecados capitales más graves: pereza, gula, envidia, lujuria, avaricia, soberbia e ira.
La lluvia de dulces o frutas en su interior representa la cantidad de bendiciones que son recibidas cuando el ser humano se aleja de los errores.
Los budistas e hinduistas también tienen una visión semejante, pues cuando uno mejora sus acciones pecaminosas, hace lo mismo con su karma (consecuencias de los actos) y con ello, asegura, un futuro con una “lluvia de bendiciones”.