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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 16 de noviembre de 2019.- Es uno de los edificios más importantes y emblemáticos de la capital potosina, testigo de hechos históricos y guardián de los poderes del Estado. Se trata del Palacio de Gobierno, cuya edificación completa se extendió desde el siglo XVIII a mediados del siglo XX.
Fue construido por disposición del visitador de la Nueva España, don José de Gálvez, en el lado occidental de la antigua Plaza Mayor, hoy Plaza de Armas. Fue llamado Palacio Consistorial -hasta finalizada la Independencia- y también Nuevas Casas Reales, porque las antiguas quedaron en ruinas por el estallido de los Tumultos, en 1767.
A pesar de que el decreto para su construcción fue expedido en octubre de ese mismo año, la primera piedra no se colocó sino hasta el 5 de febrero de 1770, pese a que se disponía de las casas y el terreno, pero las obras estuvieron detenidas durante varios años, por lo que solo se trabajaba por un costado de la antigua calle Maltos, hoy Carranza, para lo que sería la cárcel.
El diseño del edificio quedó a cargo del ingeniero Miguel Costanzo, quien tardó cerca de seis años en entregarlo al municipio, por lo que fue hasta 1799 que se comenzó a construir basado en un diseño neoclásico.
En primera instancia, el proyecto quedó a cargo del arquitecto José Joaquín Martínez y para 1805 quedó listo el primer piso o Los Baxos. Sin embargo, al año siguiente la obra fue suspendida por la falta de fondos del Ayuntamiento, que era el encargado de financiarla y tampoco había arquitecto. Fue entonces que José María de la Candelaria Pérez tomó ese papel.
Cabe recordar que durante los años de la independencia, el edificio fue ocupado por las tropas de la guarnición y aquellas que pasaban por la ciudad, al establecerlo como cuartel.
En noviembre de 1816 y hasta diciembre de 1817, el arquitecto Juan Bautista Crouzet fue llamado para hacer reparaciones en los techos y otros deterioros, aunque el edificio tenía poco de haber sido levantado. Para 1827 el Palacio de Gobierno quedó, relativamente, concluido, porque quedaba pendiente la parte posterior.
PROPIEDAD DEL ESTADO
Durante un tiempo el edificio fue ocupado por los ayuntamientos hasta ese mismo año de 1827, cuando el Ejecutivo emitió un decreto en el que se establecía que el Palacio de Gobierno pertenecía al Estado.
Aunque el decreto quitaba esta posesión al Ayuntamiento, este continuó ocupándolo hasta 1873, cuando habiéndose rematado por adeudo de contribuciones el antiguo edificio conocido como el Parián, el gobierno del general Mariano Escobedo se lo cedió en propiedad.
Después de 1827 se realizaron diversas reformas en el edificio por los gobiernos que lo habitaron. Don Ramón Adame proyectó prolongar la fachada del Palacio hasta la esquina sur, tomando las casas contiguas que pertenecían en aquel entonces a la Beneficencia Pública.
Anastasio Parrodi y Darío Reyes se dedicaron al adorno de los salones del gobierno y a gastar en la ornamentación del edificio. Mientras que Pascual M. Hernández llevó a cabo modificaciones a las escaleras y las ventanas y concibió el proyecto de construir el Palacio Legislativo en la parte occidente del recinto. La mayoría de los gobernadores del estado realizaron pequeñas o grandes modificaciones.
De igual forma, el edificio ha sido alojo para innumerables figuras de la historia mexicana. En 1815 estuvo Agustín de Iturbide; Antonio López de Santa Anna lo habitó en 1823 cuando vino a San Luis Potosí a proclamar la Federación; también el general Anastasio Bustamante, presidente de la República en 1832, antes de su partida para la batalla del Puerto del Gallinero; en 1858 el general Miramón después de la Batalla de Ahualulco, así como el general Anastasio Parrodi, cuando fue nombrado Comandante Militar del Departamento.
Vivió en él Santos Degollado en 1859, mientras se expedían en Veracruz las Leyes de Reforma, así como Rómulo Díaz de la Vega y Jesús González Ortega, en diferentes años.
Y BENITO JUÁREZ
Es imprescindible también señalar cuando fue habitado por el presidente Benito Juárez en 1863, a consecuencia de la caída de Puebla, y otra vez en 1867. En el Palacio de Gobierno, Juárez negó el indulto que solicitaron los defensores del emperador Maximiliano de Habsburgo, cuando fue condenado a muerte en Querétaro por el Consejo de Guerra.
Tiempo después, en 1910, fue colocado el reloj central en conmemoración del primer centenario del Grito de Dolores, obra del ingeniero Luis Barragán y cuando en ese entonces era gobernador José María Espinosa y Cuevas.
En 1950 el gobernador Ismael Salas renovó por completo el interior del palacio y añadió algunas piezas en la parte inconclusa de la planta alta. Se cambiaron techos y se decoraron todas las salas y oficinas. Diez años después, con motivo del sesquicentenario de la independencia (año 150), se inauguró la esquila colocada en la ventana central de la fachada, para lo cual se transformó el dintel, que es replica de la que adorna el Palacio Nacional.
ERA MODERNA
Una vez que llegó a la gubernatura Antonio Rocha Cordero (de 1967 a 1973), se encargó de integrar el palacio, por lo que adquirió las fincas que ocupaban la calle de Madero, una cuarta parte de la manzana, además que el muro sur se tiró a cordel un trazo, en el que se tomó como punto de referencia la Catedral.
De esta manera se ensanchó la calle y consiguió un doble efecto al dejar descubierta la fachada en diagonal de la antigua Caja Real y hacer dicho costado igual al del lado norte.
Ante todas estas modificaciones, el edificio quedó concluido e inaugurado en 1973, cuando Rocha Cordero realizó dichas obras, dando al Palacio de Gobierno los tres estilos predominantes del antiguo San Luis: el barroco, el neoclásico y el afrancesado, como lo describe el historiador Rafael Montejano y Aguiñaga.