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De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) los precios de la energía son parte significativa de las erogaciones domésticas, juegan un papel importante en la competitividad industrial e influyen los patrones de consumo de energía.
Asimismo los precios finales al consumidor, son afectados por los movimientos en la política pública.
Al respecto, la Agencia Internacional de Energías renovables señala que las políticas públicas en materia de energía deben reflejar los cambios en las condiciones de los mercados, como es el caso de la maduración del sector de energías renovables. La caída en los costos de las nuevas tecnologías, la creciente relevancia de las energías renovables en los sistemas eléctricos alrededor del mundo y un mayor énfasis en las políticas a nivel internacional hacia objetivos económicos, sociales y medio ambientales, modifican las condiciones para los nuevos participantes de mercados eléctricos y a nuevos proyectos de generación.
Dentro de dichas tendencias, una de las más importantes ha sido el uso de las subastas eléctricas, en tanto que quienes se encargan de las políticas públicas en diversos países de la comunidad internacional, buscan procurar contar con electricidad generada a partir de energías renovables al menor precio.
En el caso de México, las subastas eléctricas se encuentran estipuladas en el artículo 53 de la Ley de la Industria eléctrica, en donde se establece que los Suministradores de Servicios Básicos celebrarán Contratos de Cobertura Eléctrica exclusivamente a través de subastas que llevará a cabo el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE).
De acuerdo con éste, las subastas eléctricas son un mecanismo por el cual se le permite a las entidades responsables de carga celebrar contratos en forma competitiva y en condiciones de prudencia para satisfacer las necesidades de Potencia, Energía Eléctrica Acumulable y Certificados de Energía Limpias (CELs).
Cabe destacar que con anterioridad en el país se llevaron a cabo tres subastas eléctricas, en los años 2015, 2016 y 2017, de las cuales se desprendieron 66 proyectos renovables y lograron disminuir los precios de la energía, que entonces llegaban hasta los 100 dólares por megawatt-hora, a un precio mucho menor de 20.84 dólares (promedio) por megawatt-hora.
Dichas subastas atrajeron la inversión al territorio nacional y provocaron una derrama económica importante, además de permitir que los usuarios finales tuvieran acceso a precios menores de la energía eléctrica.
Sin embargo, en un cambio abrupto, el Gobierno Federal anunció el 31 de enero de 2019 la cancelación de la cuarta subasta eléctrica, deteriorando el desarrollo del Mercado Eléctrico Mayorista y laserando el crecimiento económico del país, todo ello con el ánimo ocioso de fortalecer a la Empresa Productiva del Estado: Comisión Federal de Electricidad, aún y cuando los beneficios de las subastas eran evidentes.
La actual administración deberá reconsiderar su postura si desea realmente impulsar la industria eléctrica, misma que resulta trascendental e indispensable al constituir un servicio básico, tendrá el Gobierno Federal que ajustarse a temas técnicamente factibles, concentrarse en fijar piso parejo para todos los participantes y hacer a un lado temas ideológicos inoperantes, a fin de llegar a reglas claras y condiciones equitativas, en beneficio de la sociedad.