Desatada cacería furtiva en la Huasteca Potosina; Profepa ni sus luces
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 26 de abril de 2020.- Un 25 de abril pero de 1910, según datos históricos, nació en el Rancho de Las Palomas, municipio de Ciudad del Maíz, en San Luis Potosí, quien fuera la primera piloto mexicana y de las primeras mujeres en instalarse en las fuerzas aéreas, María Marcos Cedillo Salas, hija de Homobono Cedillo (hermano de Saturnino Cedillo), y su madre Concepción Salas.
Nació en tiempos aguerridos de la Revolución, rebelándose contra el gobierno cardenista. Su tío, Saturnino Cedillo apoyaba la causa y era fanático del deporte; fue quien años más tarde fundó la primera escuela civil de aviación en San Luis Potosí, tratándose María Marcos de una de las primeras alumnas en ingresar. Al poco tiempo ya realizaba vuelos a grandes distancias.
Según historiadores, quedó fascinada al conocer a la piloto americana Florence Lowe, quien fue la primera mujer que piloteó un avión en el año de 1930, después de ahí su afición por los aviones se incrementó aún más.
María Marcos Cedillo tenía su avión, un 540k, diseñado por ingenieros de aviación mexicanos como Guillermo Villasana López y el italiano Francisco Santarini, al que bautizó María con el nombre de ángel del infierno, que hacía referencia a su abuelo, por la frase que decía cada que veía un aeroplano: «esas máquinas del infierno».
En el año de 1933 en el mes de junio, fue cuando María y su alumno, al realizar una maniobra aérea en el ángel del infierno, perdió el control e impactó en un risco montañoso, lo que provocó su muerte instantáneamente, al igual que la de su alumno, José Ramírez.
Según historiador, el general Cedillo, su tío, acudió hasta el lugar de los hechos donde colapsó el avión, sacó su pistola y comenzó a disparar todas sus balas sobre los restos ya impactados.
María Cedillo sí se enfrentó a la costumbre machista que se vivía en ese entonces, su hermano se oponía y la amenazaba. A pesar de estas circunstancias, la joven se apasionó tanto por los aires que finalmente su tío y su hermano aceptaron su decisión de ser la primera piloto aviadora de México.