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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 24 de mayo de 2020.- En la actualidad, la banca es uno de los sistemas primordiales para el correcto funcionamiento de la economía y las finanzas a nivel local, nacional e internacional. Para comprender su establecimiento en San Luis Potosí, hay que recorrer una larga historia y ubicarnos en el periodo en el que concluye la Guerra de Independencia.
Adriana Corral Bustos, doctora por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica en el programa Historias de San Luis que para que México fuera reconocido como un país independiente por naciones como Inglaterra, Francia y España, tuvo que atravesar un largo proceso.
Sobre todo, porque el país ibérico reclamaba un reconocimiento de deudas virreinales que se tenían con la Corona española y Agustín de Iturbide, primer emperador de México que asumió el mando una vez concluida la guerra, se vio obligado a reconocer el reclamo para así tener, a contraprestación, el reconocimiento de otros países como nación independiente. Con este hecho se marca el nacimiento de la deuda externa.
Poco después naciones como Estados Unidos, quien tenía aspiraciones imperialistas, trató de invadir México. Ya que el país no contaba con suficientes recursos económicos, se recurrió a las bancas mercantiles inglesas para pedir préstamos que le permitieran defender al territorio, por lo que se le concede otro préstamo de 16 millones de pesos. Sin embargo, debido a las deducciones e intereses, recibe casi seis millones de pesos.
Ante el incremento de la deuda externa el país comienza a buscar otras formas de solventarla, y es así como se presentan las primeras propuestas; algunas realizas por el Banco de Avío -una banca de fomento, con el objetivo de impulsar ciertas actividades productivas-, así como la llegada de los primeros inversionistas que aprovecharon la situación para pedir concesiones al gobierno mexicano y establecer los primeros bancos en la Ciudad de México y hacer negocios por el crédito bancario.
Con la llegada de los inversionistas extranjeros, se establecen los primeros bancos internacionales, como el Banco de Londres, México y Sudamérica en 1864 con sucursales en diversos estados del país, una de ellas en San Luis Potosí.
No obstante, no funcionaban como se conocen en la actualidad, sino que sus actividades se realizaban a través de otras casas mercantiles o de comerciantes que tenían la solvencia para poder administrar dichas sucursales.
Y LLEGÓ PITMAN
Con la instalación de las sucursales, llega la figura de los agentes bancarios. El primero para San Luis Potosí, fue el inglés Eduardo Pitman, quien arribó al territorio potosino a principios del siglo XIX y fue un reconocido prestamista. Además de los hermanos Federico, Gerardo y Eduardo Meade, quienes contaban con una firma establecida y solvencia económica para desempeñar este mismo trabajo.
Como otra propuesta del gobierno mexicano para tratar de extinguir el fluctuante de la moneda entre la población, existió el banco de amortización de la moneda de cobre. Debido a que el uso de la moneda no era tan cotidiano en aquella época y que no se contaba con tanto dinero en las arcas nacionales, se emitió la moneda de cobre que, a pesar de tener un valor de cambio, no era el mismo que el de la plata o el oro.
En este mismo contexto, las casas mercantiles tenían una presencia importante, pues se encargaban de sustentar el crédito de quien lo solicitaba a través de libranzas (actualmente letras de cambio); este mercado de crédito, impulsado mayormente por comerciantes particulares, logró persistir hasta finales del siglo XIX.
Sin embargo, durante el proceso de definición del estado mexicano, no se tenía claro cuáles eran los intereses o el tiempo que se podría otorgar un préstamo a través de las libranzas, las cuales eran utilizadas desde la época de la colonia, por lo que el mercado de crédito era poco regulado.
EL BANCO DE SAN LUIS
Uno de los aspectos que benefició a los inversionistas potosinos, así como el establecimiento de la banca y el manejo de créditos, fue la creación del Código de Comercio de 1884, el cual regula las operaciones de moneda en papel o libranzas, por lo que se limita el interés y el tiempo de préstamo; y los inversionistas lograron tener mejores operaciones.
Asimismo, con la creación de la sociedad anónima, se convoca a los inversionistas que querían tener una mayor presencia en el mercado de crédito, a crear asociaciones y formar instituciones bancarias. Al juntar los capitales, lograban prestar mayores cantidades de dinero.
Por otra parte, y pesar de que en 1884 se fusionaron el Banco Mercantil Mexicano (1882) y el Banco Nacional de México (1881) para fundar el Banco Nacional de México, este no contaba con la capacidad de emitir dinero a nivel nacional, es decir, no era una banca central constituida como hoy en día. Por eso los estados fundaron sus propios bancos para emitir sus billetes, con validez en cada entidad.
Es así que para el año 1897 se funda el Banco de San Luis en conjunto con la creación de la Ley General de Instituciones de Crédito, impulsada por el gobierno federal para tratar de regular de forma específica las transacciones crediticias.
Este banco quedó conformado por inversionistas de larga tradición en el mercado de crédito, como los hermanos Meade, Matías Hernández Soberón, las familias Muriedas, de la Maza y Berrenechea, en conjunto con 119 accionistas, para contar con un capital de un millón 100 mil pesos; el banco quedó establecido en la calle de Obregón, en una casa levantada en el siglo XIX.
FINANCIÓ EL PETRÓLEO
El Banco de San Luis tuvo gran presencia en la entidad, pues logró el financiamiento en el ámbito mercantil, la explotación agrícola y petrolera, sobre todo en esta última al otorgar un préstamo a la compañía que encontró el yacimiento petrolero La Pez 1 -localizado en el municipio potosino de Ébano y el primero en brotar en el país-, para financiar la compra de maquinaria especializada.
No obstante, esta situación perduró hasta principios del siglo XX, con la llegada del movimiento revolucionario y el cambio en el patrón de la moneda internacional, de plata por oro.
El cambio comenzó en 1913, cuando se empiezan a realizar los movimientos para crear una sola banca, no solo de emisión, sino también central. Mientras que la moneda papel de los bancos estatales comienzan a perder el valor fiduciario al grado de dejar de no tener ninguno, por lo que comienza el proceso de desamortización de los bancos.
BANCO DE MÉXICO
Para 1917 se logra emitir el decreto de la banca con la creación de la Constitución que aún nos rige y se estable el Banco Nacional de México, como el banco central del país. Sin embargo, como institución entra en funcionamiento hasta finales de los años 30.