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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 22 de julio de 2019.- La Guardia Nacional es una figura que viene desde la Constitución de 1857. Y como ya se ha dicho por parte de las autoridades federales, será un grupo que trabajará de manera temporal, constituida por diferentes ámbitos de seguridad como son: Policía Naval, Policía Militar y elementos de la Policía Federal, destacaron los investigadores de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), Luis Alberto Osornio Saldívar y Alejandro Ernesto Vázquez Martínez.
El coordinador de la Licenciatura en Criminología de la Facultad de Derecho de la UASLP, Luis Alberto Osornio Saldívar, explicó que cualquier amenaza que sustraiga la soberanía del país debe reunir elementos que aseguren el entorno de las fronteras, “es lo fundamental para constituirnos. Esta fusión se previó sería en 266 regiones en las cuales ya actúa la Guardia Nacional”.
Del por qué se implementa, apuntó que es un ejercicio emergente del gobierno atender y resguardar la frontera. La Guardia Nacional tiene capacidades de atención ciudadana más allá de las previstas por los elementos castrenses, debido que cuenta con adiestramiento en materia de derechos humanos, de primer respondiente, atención ciudadana y proximidad social.
A su vez, el doctor Alejandro Ernesto Vázquez Martínez, catedrático investigador de la ACJ, manifestó que, al realizar un diagnóstico sobre las condiciones de seguridad en la actualidad, se aprecian aspectos fundamentales.
“En términos legales tiene una importante presencia la protección ciudadana que, incluso se articula con la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana. Sin embargo, me parece que el gran reto para el Estado, sus instituciones y el ejercicio práctico de la Guardia Nacional es en cuestiones políticas y geopolíticas relacionadas con las migraciones”.
Mencionó que en Ciudad Juárez, la capacidad ha sido rebasada para recibir a los migrantes que atraviesan territorio mexicano. La otra parte es que esto se da en el contexto de una problemática del crimen organizado, “no solo se trata de resguardar los derechos de las personas que están migrando, entre los cuales se encuentran grupos vulnerables conformados por niños y mujeres. Ese es uno de los grandes retos”.
Vázquez Martínez señaló que no solo se trata de una cuestión relacionada con procesos en desarrollo, también con capacidades que aún no están probadas, donde las detenciones y los resguardos que se lleven a cabo deberían responder a protocolos respaldados por la protección de derechos humanos.
“Por otro lado, están las funciones sustantivas a cumplir centradas en lo descrito sobre la Guardia Nacional, a partir de este decreto de marzo pasado que es la parte de la prevención e investigación, no dudo que los elementos de la Guardia Nacional perfectamente lo puedan desarrollar, aquí la cuestión clave está en la implementación”, finalizó.