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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., a 3 de mayo de 2019.- Esta mañana el fiscal general del Estado, Federico Garza Herrera, se presentó en la sala 6 del Centro Integral de Justicia Penal para comparecer como testigo por el homicidio ocurrido el pasado 5 de mayo de 2017, donde el novio de su hija Eugenio «N», perdió la vida víctima de un disparo de arma de fuego en el rostro, cuyo aparente responsable es Eduardo «N» alias Cayeyo, supuesto ahijado del funcionario.
La audiencia, programada en la sala 6 de dicho centro, estaba programada para efectuarse a las 10 de la mañana de este viernes.
A las 9:16 am, el Fiscal arribó al sitio a bordo de su camioneta, manejada por un chofer y detrás, venía una camioneta doble cabina color negra en la que se trasladaban sus escoltas.
Antes de ingresar, Garza Herrera fue abordado por la prensa, pero se negó a brindar declaración sobre su comparecencia, «no tengo nada que decir, gracias».
Así, apresuradamente para evadir a cualquier persona, el Fiscal entró directo pasando por los filtros y fue dirigido a una sala VIP, para no mezclarse con el resto de testigos que esperaban su turno.
Al filo de las 10:00 de la mañana, elementos de la policía procesal llamaron a ingresar a la sala, la cual, en esta ocasión se llenó del público que observó el testimonio del Fiscal sobre el caso.
A las 10:05, el tribunal dio por iniciada la audiencia, corroborando la presencia de las partes, sin embargo, de la defensa faltaba un abogado, Marco Polo Méndez Alfonso; su equipo, alegó un retraso por motivo del tráfico, por lo que solicitó a la autoridad que cuando llegara se pudiera integrar, sin embargo, el juez presidente determinó que únicamente ingresaría a la sala, pero permanecería en silencio en el área del público, por lo que no participaría durante el interrogatorio del primer testigo: Federico Garza Herrera, su anterior jefe.
“ME DIO MUCHA TRISTEZA”
Luego de algunos minutos de pedir referencias a las partes, el tribunal mandó llamar al primer testigo, el fiscal Garza Herrera, quien entró a la sala por la misma puerta por la que han ingresado el resto de los testigos durante los días de comparecencias.
Garza Herrera entró, vestido con un fino traje color negro, camisa blanca, corbata naranja, con un pin que destacaba en el lado izquierdo de la solapa de su saco, y zapatos mocasines clásicos bien lustrados.
El fiscal tomó asiento en el lugar destinado a los testigos, la parte acusatoria comenzó el interrogatorio, donde el funcionario detalló lo que ocurrió ese 5 de mayo de 2017.
«Cerca de las 5:40 de la mañana Eduardo llegó a mi domicilio, dijo que había lesionado a alguien, por lo que de inmediato me comuniqué con el jefe de la Policía Ministerial, José Guadalupe Castillo Celestino, quien arribó 15 o 20 minutos más tarde.
“Al llegar, le dije lo que Eduardo me había dicho, que había lesionado a alguien y lo señalé, estaba sentado en la banqueta, el comisario se acercó a él y le preguntó sobre los hechos, pero no le respondió, así que regresó conmigo para preguntarme si lo podía guiar, le dije que sí y subí a mi camioneta, ellos abordaron el vehículo del jefe ministerial.
“Al llegar al domicilio lo apunté con mi mano izquierda y me fui, ellos se quedaron allí, más tarde me llamó, alrededor de las 7 de la mañana, para informarme sobre la identidad de la víctima, era Eugenio, me dio mucha tristeza porque el fallecido era él, quien tenía una relación con mi hija y segundo, porque conocía al padre del presunto, quien es gran amigo mío», dijo ante el tribunal el fiscal Federico Garza Herrera.
La Fiscalía finalizó con el interrogatorio y inició lo que se presumía una fuerte embestida por parte de la defensa de Cayeyo, sin embargo, el interrogatorio se tornó blando; la Fiscalía objetó a todas las preguntas a su jefe, lo que nunca habían hecho anteriormente, ni con sus propios peritos.
Eran las 10:28 horas y el cuarto abogado de la defensa y ex trabajador de la Fiscalía llegó a la sala, pero se quedó entre el público, observando cómo se desarrollaba la audiencia. La defensa en la voz de Álvaro Ramírez Segura, no fue ruda con el fiscal, incluso lo dejó terminar oraciones que nada tenían que ver con los cuestionamientos, a comparación de lo ocurrido el día de ayer durante la comparecencia de Castillo Celestino, sin embargo, el Fiscal respondía pasivo, lucía cabizbajo, sin ver a nadie a los ojos, ni siquiera al tribunal.
Cada que era cuestionado y que la Fiscalía objetaba y el tribunal negaba la objeción, Garza Herrera pedía a la defensa le repitieran la pregunta.
A las 10:58 am, la defensa terminó con su interrogatorio, la Fiscalía lo liberó, no así la defensa que lo llamó a comparecer en una fecha próxima, por lo que se agendó ante el tribunal para la siguiente audiencia.
Luego de ello, entregaron sus documentos de identificación y Federico Garza Herrera salió apresurado de la sala para dirigirse al estacionamiento donde lo esperaban -poco atentos- su chofer y los guardaespaldas.
Antes de abordar su vehículo, Garza Herrera pidió respeto, ya que por órdenes de la autoridad y en el marco de la ley está imposibilitado a hablar del tema; subió y emprendió su retirada; detrás de él sus escoltas, quienes llevaban atorada en la defensa tremenda bolsa plástica color verde llena de basura con restos de su probable rápido desayuno.