Contraloría Municipal sanciona a exfuncionarios de Comercio
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 28 de mayo de 2019.- Al menos 60 cantantes urbanos se quedaron sin fuente de ingresos tras la modernización del transporte público de la capital potosina, además, son acosados y amenazados por inspectores del Ayuntamiento de San Luis Potosí, cuando tocan en calles para ganarse la vida honradamente.
Los afectados, entre jóvenes, personas con discapacidad y padres de familia, ya entablan pláticas en el Congreso del Estado, para que, por medio de los diputados locales, se les reconozca como promotores de la cultura, derechos que están estipulados en normas y decretos nacionales e internacionales, detallaron.
Francisco Segovia, conocido en el arte callejero como Paco Rock and Roll, explicó que, desde hace tres años, cuando inició la modernización del transporte público, tiene problema para abordar los camiones y poder realizar su trabajo.
Paco, quien tiene poco más de dos décadas desempeñando esta labor; dice que diario sube entre 15 y 20 rutas, por lo que gastar en el costo del pasaje le sería incosteable.
Por su parte Juan Antonio Gómez -El Brujo- sostuvo que aunado a esto, cuando quieren trabajar en la vía pública, los inspectores del Gobierno Municipal, que encabeza el presidente, Xavier Nava Palacios, los amenazan con quitarles sus instrumentos y les exigen que se retiren del lugar.
El Brujo, explicó que en diversas ocasiones le han tocado las puertas al Secretario de Cultura, Armando Herrera Silva, para buscar una solución y que se reconozcan sus derechos, como promotores de esta materia, sin embargo «nada más nos dan largas y nadie nos atiende», dijo.
Este día, entregarán un pliego petitorio a los diputados de las comisiones de Transporte Público y Derechos Humanos, para solicitar, el libre acceso a los camiones y que dejen de hostigarlos.
Ellos, dicen, no se oponen a la modernización y las nuevas reglas, incluso están dispuestos a cooperar en lo que se necesite para impulsar la cultura. Piden también que dejen de estigmatizarlos como vagos y drogadictos.
Entre los afectados hay jóvenes que costean sus estudios, padres de familia desempleados y personas con discapacidad que no tienen acceso a un trabajo digno.