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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 3 de enero de 2019.- El ritual que de manera simbólica convirtió este primero de enero a la comunidad La Palma en municipio, representa una lucha que va más allá del poder político, pues los indígenas Xi’Oi quieren proteger sus 36 mil hectáreas de una latente amenaza: la explotación minera, que ha dado los primeros asomos con la intención de extraer mármol y otros minerales de esa zona de Tamasopo, municipio de San Luis Potosí localizado en la zona huasteca.
Su lucha por recobrar el rango de ayuntamiento tiene al menos cinco años, luego de que ese reconocimiento les fue arrebatado en 1930 bajo maniobras retorcidas del Gobierno, cuando dividió a su demarcación en dos municipios: Rayón y Tamasopo. Entre sus 40 localidades predomina la etnia Xi’Oi, atemorizada también por la devastación de su riqueza forestal.
Durante las últimas dos legislaturas locales en San Luis Potosí, los líderes autóctonos han insistido ante integrantes de la Comisión de Asuntos Indígenas del Poder Legislativo, para que echen abajo la reforma de ley que les arrebató esta denominación, hace 89 años.
En opinión de Juan Felipe Cisneros, promotor de la defensa de terrirorios indígenas, esa medida fue perversa y el movimiento actual es legítimo, pues sólo persiguen la protección de sus espacios, sin soslayar que quienes habitan la demarcación viven en condiciones de extrema precariedad.
Si logran impulsar la iniciativa para volver a integrarse como municipio, La Palma se convertiría -de nuevo- en el primer municipio indígena con absoluta independencia para realizar obras y acciones en sus comunidades.
Refirió además que el año pasado trascendió que el Tribunal Agrario emitió un dictamen para reincorporar a La Palma como territorio comunal, sin embargo, la ejecución de esta sentencia no se ha concretado. Este escenario implicaría la desaparición de ejidos y por ende que ningún acuerdo o proceso jurídico de éstos tenga validez.