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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 22 de Junio de2025.- «Te vio, pero no te saludó». Esa es la premisa básica del «potosinazo», una expresión popular que se usa para describir cuando alguien ve a una persona conocida y, deliberadamente, la ignora.
Aunque puede sonar anecdótico, este gesto cotidiano se ha convertido en símbolo cultural y social para describir ciertas actitudes atribuidas a la sociedad potosina, sobre todo por foráneos que viven en la capital o visitantes frecuentes.
“Ese ya dio el potosinazo”, “me vio y no me saludó”, o “modo potosino activado” son frases recurrentes en redes sociales y conversaciones urbanas.
¿De dónde viene el «potosinazo»?
No hay una fuente oficial que documente el origen exacto, pero su uso se ha extendido como parte de un estereotipo que atribuye a ciertos sectores potosinos una actitud distante, seria o elitista. La costumbre de no saludar se interpreta como señal de desdén, orgullo o simple costumbre.
Elitismo urbano como contexto
San Luis Potosí capital ha sido descrita por algunos habitantes y visitantes como una ciudad socialmente dividida. La expresión «potosinazo» funciona como reflejo de ese entramado, donde las jerarquías sociales todavía son visibles en el saludo (o la falta de él).
Existen zonas, escuelas, clubes y apellidos que operan como marcadores simbólicos de pertenencia. En ese contexto, no saludar puede ser una forma de marcar distancia.
Testimonios y resignificación
En foros como Reddit, usuarios relatan sus experiencias con el «potosinazo», coincidiendo en que, con el tiempo, muchos terminan adoptando la costumbre. En TikTok y X/Twitter abundan los memes donde se dramatiza con humor ese momento en que alguien finge no verte.
Al mismo tiempo, hay intentos por resignificar el concepto. Por ejemplo, el «Potosinazo Fest» nació como una iniciativa que invita a apoyar y saludar a otros emprendedores en vez de ignorarlos. También se han incorporado estas críticas en obras de arte urbano, canciones y activismo juvenil.
No es toda la ciudad, pero sí una costumbre reconocible
Decir que toda la sociedad potosina actúa así sería simplista. Lo que revela el uso del término es una tensión cultural: entre lo tradicional y lo cambiante, entre lo cerrado y lo abierto.
El «potosinazo» no es solo una omisión del saludo, sino una pista del complejo tejido social de una ciudad con una fuerte historia colonial, marcada por contrastes y transformaciones.