Escribirá TEPJF otra historia de FIL desde 23 de octubre
AQUISMÓN, SLP., 7 de junio de 2020.- La aparición del Covid-19 en la escena mundial, nacional, estatal, y regional, ha traído consigo una polarización: Los que creen fervientemente en la enfermedad sin aceptar rebate alguno, y quienes mantienen su escepticismo sobre ella, acerca de sus orígenes, comportamientos y manejos sanitarios; es entonces que los primeros espetan, con ánimo de salir airosos de su diatriba… “Cuando el virus le pegue a un amigo o pariente tuyo, entonces vas a creer”.
Pero Daniel Cruz Rodríguez podría responder sin problema a ello: Su padre, Modesto Cruz Cabrera (según las autoridades de Salud) fue el primer caso confirmado del multicitado Coronavirus en la Huasteca Potosina, concretamente en Aquismón, municipio que al mismo tiempo abrió –con él- la estadística de defunciones. Y pese a ello, Daniel, sus familiares, y ahora hasta los vecinos y amigos cercanos, tampoco creen.
NO CREEN EN EL COVID
El joven empresario reveló que la enfermedad y el fallecimiento del famoso talabartero aquismonense estuvieron envueltas en desatenciones, discriminación, falsedades, negligencia, sospechas, y una atmósfera de circunstancias que echan por tierra la solidez que la Secretaría de Salud pretende ofrecer a toda costa a sus teorías endebles, y que cuando éstas entran en el terreno de la confrontación, simplemente guardan silencio o evaden.
El hijo de la víctima inicial en la región, sostiene que su papá dejó de existir a causa de una simple gripa (mal cuidada), complicaciones renales, y a que su corazón se cansó y se detuvo. De haber sido Covid-19, con el alto grado de contagio del que hablan las autoridades de salud, muchas personas que estuvieron a su alrededor –comenzando por sus familiares cercanos- habrían contraído la enfermedad.
Ha pasado poco más de un mes desde la pérdida de su padre, pero retomar el asunto enturbia de nuevo el semblante de Daniel, sus ojos se tornan llorosos, y la voz se quiebra ligeramente, sin embargo, iniciamos la entrevista exclusiva; y de entrada, sostiene con firmeza: “Él enfermó de una simple gripa (el 24 de marzo) ya que mi mamá enfermó como quince días antes, estuvo en reposo, con tratamiento de inyecciones”.
MAL MANEJO DE PRUEBAS
“El día 6 en la mañana nos piden autorización para entubamiento porque supuestamente él ya necesitaba ayuda de más oxígeno. El sábado (anterior) que ingresa le iban a hacer la prueba Covid, (pero) no se la hacen hasta la seis o siete de la tarde. Ese lunes vimos la manera de moverlo porque se estaba elevando el costo mucho, y resulta que todavía no estaba (el resultado), la prueba había derramado (y) no había llegado al laboratorio a San Luis”.
LAS MENTIRAS Y LOS ESTIGMAS
En ese momento, aparecen en la escena pública las primeras de muchas especulaciones: Que el paciente había estuvo en una fiesta con extranjeros por un lado, y por el otro que turistas europeos pasaron a comprarle artesanías a su negocio y lo habían contagiado. “Realmente decían muchas cosas: Que él había hospedado europeos, que él había regresado de un viaje de Monterrey, que yo había llevado gente extranjera a Aquismón”.
LA INOPERANCIA DE SALUD
En esa etapa, Daniel y su familia atestiguaron además la inoperancia y las contradicciones del personal de Salud, cuyas acciones fueron muy diferentes a las que diariamente alardean en sus conferencias de prensa: “Nos aislaron los quince días, (pero) no nos dieron un seguimiento como lo plantearon (las autoridades de salud); decían que nos iban a hablar, diario, diario, diario (y no lo hicieron)”.
“Incluso a mi primo que lo trasladó a la clínica a internar, le hicieron la prueba, pero hasta después de 22 días, y hasta la fecha no ha habido una llamada donde le digan: Saliste negativo. ¿Por qué están manejando esta situación tan fuera de control? Tan exagerada, de esta manera, y no siguen los protocolos que ellos mismos dicen; se habló de una sanitización del negocio y de la casa, hicieron llamadas que ya van a ir, que ya van para allá, y hasta la fecha (nada)”.
“Yo fui al negocio, pude abrirlo (sin problema), incluso amigos de él pasaron a saludarme y diciéndome ‘no fue eso’; mi papá traía otras complicaciones, de riñón, se le hinchaban los pies, ya tenía tiempo. Lo quisieron manejar como el Covid, pero realmente no fue esto”, insiste nuestro entrevistado, para quien la única explicación es la fabricación de miedo para alarmar a la gente.
ES UNA PSICOSIS FABRICADA
“Como primer caso, (de mi papá) se dio mucha información; ahorita de los que supuestamente se infectan no dicen nada, no te dicen ni quien es, ni donde vive: Decían artesano de Aquismón, de tal edad. ¿Por qué en su momento lo hicieron así y ahorita no lo están haciendo? Son muchas dudas, nos quedan muchas preguntas. A lo mejor pues el virus existe, pero sí le están haciendo como mucha publicidad, así lo sentimos nosotros”.
Lamentablemente el diseño de esa psicosis terminó afectando a la familia de la víctima y a los integrantes de su círculo cercano, quienes fueron estigmatizados: “Te comento lo del empleado, no querían venderle en una frutería, la gente no nos quería ver en el pueblo, que porque nosotros estábamos infectados; queríamos ir a determinado lugar y no podíamos ingresar. Eso fue en su momento, y ahorita ya normal, la misma gente dice ‘esto no es’”
MARGINADOS EN EL IMSS
Sin embargo, ese miedo sí se apoderó de la gente que trabaja en las áreas de salud, y –según la declaración de Daniel- terminó influyendo para que finalmente falleciera, porque obstaculizó la correcta atención a sus padecimientos: “Lo estaban dializando, (pero) él ocupaba una hemodiálisis urgente y no lo podían bajar a donde estaban los aparatos por la situación de que había dado positivo”.
DISCRIMINADOS Y EXHIBIDOS
De ese periodo de angustia y sufrimiento, Daniel no olvida la ironía que parte de ese personal médico que pide hasta la Guardia Nacional para que la población lo respete y no lo discrimine, es el primero en caer en esa práctica hacia los pacientes. “Cuando se dio el anuncio de positivo, pues la misma gente del Seguro (Social de Valles), como fue el primer caso, sí se te quedaban viendo medio feo, medio raro”.
Esa falta de tacto, pero sobre todo de ética moral alcanzó la cúspide cuando un usuario de Facebook, bajo el nombre de José Manuel Méndez Rodríguez, identificado como cirujano del Instituto Mexicano del Seguro Social, colocó en su portada una fotografía de la intervención del enfermo: “Si vi, fue cuando se le hizo la cirugía peritoneal de emergencia, cuando se tenía que dializar, como no se podía mover a lo que era el quirófano, se hizo en su mismo cuarto aislado”.
Pese a lo que en su momento alardearon los directivos tanto del IMSS de Ciudad Valles como de la Jurisdicción Sanitaria V, de tomar cartas en el asunto y frenar dichas prácticas violatorias a la intimidad de los pacientes, esto no se detuvo, sino todo lo contrario: “También cuando ingresa al Seguro había unas imágenes donde grabaron a mi papá, en el traslado, se manejó un video, y eso también a nosotros en su momento nos molestó”.
LA TRISTE AUSENCIA FINAL
La falta de esa comprensión de cierto personal de salud, se adicionó al dolor por la enfermedad del ser amado, junto a quien ya no pudieron estar más para ofrecerle palabras de aliento; las especiales características tras el dictamen, impidieron a los familiares de don Modesto transmitirle el impulso del amor de familia que tanto requería en su lecho de enfermedad, y del cual se fue sin la despedida final.
“Desde el día 4 de abril hasta el día que fallece, ya no lo vimos; hasta el 18 (de abril). Él falleció a las 11:30 de la noche, fue cuando me llamaron que ya había muerto, me dejan verlo, por última vez, estaba un cuarto con un cristal, yo del otro lado, y me despedí de él (pero ya había expirado)”, recuerda Daniel, sin poder ocultar su tristeza, que se traduce en lágrimas sobre su rostro.
Luego, con esa misma frialdad de la que hacen gala las autoridades de salud sin reparar en el sufrimiento por la pérdida, vino la exigencia del siguiente procedimiento: La ausencia de una despedida normal a través de un funeral. “Se nos daba la opción de que lo podíamos sepultar en cuestión rápida, pero eran las 12 de la noche, había que trasladarlo a Aquismón, no había quien nos hiciera lo del panteón, casi él solo, nada más la gente que iba a ingresar a sepultarlo”.
“Y tomamos la decisión de la cremación, para quedarnos más tiempo con él, con sus cenizas, de hecho las tenemos nosotros, aquí en la casa, ya más delante se quiere hacer una misa y su sepultura como debe ser, en Aquismón (con sus papás). Traemos el plan de hacerle un homenaje, mucha gente nos ha preguntado cuando va a ser; (aún) no hay una fecha, no sabemos el mes, por toda la contingencia que hay”.
“Fue algo muy difícil, muy doloroso, lo que nos ha hecho fuerte es (el cariño de) tanta gente que lo apreció, muchas amistades que hablan muy bien de él, tienen muy buenos recuerdos, eso es lo que nos ha hecho fuertes y (pues) tenemos que salir adelante con esto”.
-Tú ahorita usas cubre-bocas por tu negocio (de venta de comida) y porque tienes que cumplir con esa disposición, ¿pero si por ti fuera lo usarías?
“No, realmente todo lo que viví con mi papá te lleva a decir ‘esto no existe’. Ahorita lo uso por mi negocio que es comida, por Salubridad que te lo pide”.
CUÍDENSE DE LOS HOSPITALES
Convencido, después de la experiencia vivida muy de cerca, Daniel insiste en que en estos momentos lo mejor es cuidarse, pero de no caer en las instituciones de salud: “Que tengan cuidado, porque yo siento que ahorita cualquier enfermedad lo están manejando como Covid; pero ha habido casos, ha habido gente que ya trae problemas, como mi papá que ya traía lo del riñón”.
“Incluso no lo digo yo nada más; hablaban en Aquismón de una señora de la comunidad de Tancuime (con Covid); nosotros nos enteramos que la había mordido una víbora. Lo quieren hacer muy alarmante, la gente se espanta, pero solamente solo los que estamos cerca, con la persona, sabemos realmente el problema que trae, y lo que sucede en verdad en los hospitales; a nosotros nadie nos lo cuenta”.