Regidora del PAN pide presupuesto para Bienestar Animal en SLP
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 19 de mayo de 2019.- Alrededor de 15 hectáreas son las que componen al Parque Juan H. Sánchez, mejor conocido como de Morales -en referencia a la fracción territorial llamada Morales-, uno de los pulmones principales de la ciudad, además de punto de reunión y lugar de recreación para cientos de potosinos que pueden disfrutar de la serenidad que solo pueden generar los espacios naturales.
Llamado en sus inicios como parque Amado Nervo, el parque de Morales fue concebido en 1924 por Federico Monjarás Espinoza, en ese entonces titular de la Dirección de Parques y Jardines, quien además se encargó de plantar y dividir el terreno a la mitad, con una calzada de casi un kilómetro de largo, que permite el libre tránsito de sus visitantes.
El que también jugó un papel importante en la construcción del parque y por lo que ahora lleva su nombre, fue el doctor Juan H. Sánchez, ya que plantó los primeros árboles, al igual que en el panteón de El Saucito y la avenida Carranza.
Con el paso de los años, el parque de Morales ha sufrido modificaciones para que los potosinos disfruten de sus instalaciones: durante 1968 se colocó un área de juegos, así como su conocido lago artificial en el que, hasta hoy en día, se puede pasear en lanchas.
En 1978 se agregaron las guarniciones en los caminos, las luminarias y las bancas de piedra fueron sustituidas por unas de metal y para proteger el parque, en 2002 se comenzó a instalar una reja que en la actualidad rodea todo su perímetro.
Durante 2008, varios escultores potosinos trabajaron en un proyecto para embellecer el parque de Morales, tallando árboles que padecían algún tipo de plaga y que sin remedio iban a ser talados. Se inspiraron en los poemas del escritor Félix Dauajare a manera de reconocimiento por su trayectoria literaria. Una de estas piezas se encuentra al inicio de la calzada del parque y en el tronco se pueden apreciar rostros humanos.
Con el paso del tiempo, el parque Juan H. Sánchez, se ha conformado con una significativa cantidad de flora y fauna; algunos árboles, como los eucaliptos, por su tipo y edad han tenido que ser retirados, pero otros fueron plantados y crecieron hasta cubrir con su sombra a las personas, además de brindar aire puro.
Árboles como la causarina, ahuehuete, pirul, trueno, fresno blanco, entre otros; flores del tipo cinco negritos, malva de Castilla, coralillo, acahual blanco; y aves como el papamoscas cardenalito, gorrión doméstico y cejas blancas, zanate, tirano chibiú y el pinzón mexicano, son algunos de los habitantes del famoso espacio verde.
PAPÁS MALTRATAN LOS JUEGOS
Dentro del parque se encuentran las instalaciones del Centro de Convivencia Familiar, donde María del Carmen ha trabajado por más de 35 años, atendiendo su cooperativa y observando los cambios.
Comentó que los juegos fueron instalados desde los inicios del parque y se les daba mantenimiento por parte de Coca Cola. Sin embargo, la compañía dejo de patrocinarlos, por lo que ahora el municipio es el encargado de hacerlo.
Pero el buen estado de los juegos no suele durar debido a que los visitantes no los respetan, “se suben los papás y luego, luego rompen los columpios, los maltratan”, pese al letrero que advierte sólo deben usarlos menores de 11 años de edad.
Por lo que es necesario contar con un mantenimiento constante, así como vigilancia.
“Si le prestaran más atención al parque, más mantenimiento, la gente vendría más”, comentó María del Carmen ya que el número de visitantes se ha visto reducido con el paso de los años. Incluso ella misma ha tenido que bajar el tiempo que pasa en su tienda; prefiere cerrar a pasar horas a la semana sin que nadie se acerque, “nada más venimos sábados y domingos, a veces también los viernes”.
También solía vender nachos y perros calientes, pero ante la falta de clientes y para evitar el desperdicio de la comida, decidió dejar de hacerlo.
LOS PEDROZA CUMPLIERON
Durante la presidencia municipal de Octavio Pedroza Gaitán (2003-2006), la esposa del mandatario visitó las instalaciones que se encontraban a un lado de la cooperativa y que solían funcionar como salón de máquinas de juego, sin embargo, éstas se encontraban en mal estado, por lo que solicitó que se realizara una biblioteca y una ludoteca.
“Y sí lo cumplió porque luego vino con el esposo y le dijo, ‘mira, aquí quiero que hagas una ludoteca y allí una biblioteca’ y como una semana antes de que saliera vinieron y a todos los albañiles los traían así, porque ellos lo querían entregar; lo prometieron y lo cumplieron”, narró María del Carmen.
A pesar de haber cumplido con la construcción de ambas instalaciones, a la ludoteca no se le dio el funcionamiento planeado, ya que fue utilizado como consultorio donde un psicólogo trataba a niños con problemas, pero esto no resultó debido a los pocos pacientes que asistían a la consulta; ahora el lugar se encuentra en estado de abandono.
Pero las instalaciones de la biblioteca funcionan bien, “la dejaron muy bonita, tiene muchas computadoras y vienen seguido personas, maestros; yo veo que pasan muchachos”, señaló.
El parque de Morales ha observado el paso de las generaciones, de familias que solían y aún suelen visitarlo, “me acuerdo cuando traía a mis hijos y ellos ya tienen 40 y tantos años; ya tienen su leyenda los juegos, pasan generaciones y generaciones”, indicó María del Carmen.
QUE DURE MUCHO
Pedro y María, son una pareja que ha visitado de manera constante el parque de Morales, primero con sus hijos para hacer días de campo, y desde hace dos años para hacer ejercicio.
Para ellos y muchas otras personas, el parque de Morales representa vida, un espacio donde pueden respirar aire limpio, “aquí llega uno tranquilo, caminas y regresas (…), serán 45 años que conocemos este parque, nos agradaría que existiera muchos, muchos años más”, comentó Pedro.
A pesar de los cambios y el paso de los años, el parque de Morales o Juan H. Sánchez, es un símbolo capitalino; para familias y generaciones completas, desde hace décadas guarda recuerdos de la infancia, amistades y relaciones.