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CIUDAD VALLES, SLP.- Accesible por una carretera con asfaltado regular, cruzando un enorme puente que se hizo en la administración municipal 2007-2009 y a menos de siete kilómetros desde la carretera federal 85 México-Laredo, “El detalle” es ahora un ejido discreto, pero a mitad de la década pasada era un rancho donde se organizaban fiestas con estrellas de la época, teniendo como anfitrión al máximo comediante mexicano: Cantinflas.
SU REFUGIO DESDE 1943
En 1943 Mario Moreno Reyes adquirió el predio gracias a la intervención de Enrique Marroquín Pámanes, quien era amigo del mimo desde la época de oro del Follies Bergere. El artista lo había visitado en su rancho en 1938, y le gustó mucho su finca; verdaderamente interesado le encomendó que le consiguiera una propiedad y “El güero” se dedicó por completo a buscar un terreno apropiado que cumpliera con las expectativas.
Halló entonces un precioso lugar de cien hectáreas de superficie con dos ríos colindantes a esos terrenos: El Tampaón y el Valles. Cantinflas adquirió el predio en 30 mil pesos, lo desmontó y construyó una enorme residencia compuesta por doce recámaras. Al finalizar los trabajos de edificación organizó una gran fiesta invitando a artistas y personajes destacados como Manolín, Schilinsky, y Jorge Negrete, además de industriales y banqueros.
En esa recepción bautizó su rancho con el nombre de El Detalle, en referencia al título de una de las películas que le dio renombre y fama cuando apenas iniciaba su carrera. El lugar era considerado un vergel, fue administrado por su hermano José Moreno, quien siempre se preocupó porque el rancho estuviera hermoso como ningún otro, al grado de convertirse en la envidia de artistas millonarios de la época, como Jorge Negrete.
El acceso se pavimentó para tener acceso durante todo el año, también se instaló un chalán para cruzar el río. La inversión de las propiedades en el ejido fue de 5 millones de pesos, cuando el tipo de cambio estaba a 9.50 pesos por dólar. Uno de los sitios de convivencia predilectos por Mario Moreno era la alberca olímpica, edificada con mosaicos de Talavera de la Reina, y un lujoso bar con pinturas de toreros realizadas por el pintor Ruano Llopis.
A la fecha, aún se observan los filtros que alguna vez funcionaron, el galerón que se utilizaba como bodega, el garaje, las caballerizas, y la planta de energía que la gente convirtió en una pequeña capilla. Más abajo está la noria, y siguiendo por el norte –casi en la orilla del río- se ubica la Casa chica, que por mucho tiempo conservó su estructura original hasta que el ciclón de 1955 destruyó parte de ella.
LA PLAZA DE TOROS
En El Detalle, Cantinflas disfrutó de una de sus pasiones: El toreo, en una plaza que erigió y a la que puso el nombre de Cholita (en honor a su madre Soledad Reyes). ; después de cada corrida, a los toros que morían los convertían en barbacoa que se repartía entre los invitados. La inauguración fue el viernes 19 de marzo de 1948, pero para 1950 aún se toreaba ahí.
LA MISTERIOSA PARTIDA
Pese a las bondades ya descritas con las que se contaba en el enorme rancho El Detalle, el predio empezó a enfrentar una serie de problemas que hicieron pensar en venderlo: Entre ellos que estaba muy lejos, el clima no resultaba muy bueno y constantemente tenían que luchar contra la plaga de la “mosca prieta”; en cambio, las siembras que hicieron y el ganado Cebú crecieron de manera espléndida.
El Detalle estaba situado en una loma; alrededor había tigres, leoncillos y mucha víbora de cascabel, de manera que cuando subía el nivel del río todos esos animales iban a refugiarse alrededor del rancho. La venta del rancho y la partida de Cantinflas, empezó a gestarse cuando Enrique Marroquín un día le propuso que lo vendiera, aduciendo la escasez de ganancias económicas que le dejaba.
Mario Moreno se negaba señalando que no lo tenía como negocio, sino para que su madre fuera a pasarse algunas temporadas allá, pues el médico se lo había recomendado por su clima. Pero un día, su administrador y hermano José Moreno, enfermó del estómago, anduvo muy mal y Marroquín volvió a insistir asegurándole que Pepe tenía paludismo y que si lo dejaba seguir en El Detalle se iba a morir.
Además influyó en la decisión que la cosecha de cítricos que iban a levantar por ese tiempo, a punto de ser cortada para depositarlos en camiones que los llevarían hasta la planta exportadora, se perdió toda a causa de la “mosca prieta”. El comediante aceptó entonces, pidiéndole a Enrique que buscara un comprador, quien al final de cuentas terminó dándole mucho menos dinero del que valía esa propiedad.
Otra versión no confirmada, pero que circula entre los antiguos pobladores, señala a Gonzalo N. Santos como el responsable, luego de que supuestamente- al jugar una carrera de caballos contra Cantinflas (por donde ahora está la colonia “Mirador”), el comediante resultó ganador, lo cual contrarió mucho al impositivo general y político, quien no permitía que hubiese alguien mejor que él.
El exgobernador habría “sugerido” a Cantinflas que pusiera tierra de por medio y éste prefirió evitarse mayores problemas; al relato se añade que dicha discrepancia -según- tuvo lugar un 30 de mayo, por ello, en la ruta de la famosa carrera se trazó una calle llevando tal nombre. Dicha historia, sin embargo, no aparece en la biografía de ninguno de los personajes, y los familiares de Santos aseguran que es falsa, pues eran muy amigos.
Y LAS ANÉCDOTAS
Lo cierto es que “El detalle” fue escenario de peculiares anécdotas: José Moreno (hermano y administrador del rancho) al acudir a pagar la nómina de sus trabajadores, no calculó bien la distancia entre el chalán y el río, y cayó en su camioneta junto con uno de sus sobrinos; en una acción casi heroica Pepe logró salir rompiendo el vidrio del vehículo, subió a respirar y regresó para salvar a su sobrino que se había quedado atrapado dentro.
Otro acontecimiento digno de mencionarse respecto de “El Detalle” ocurrió cuando acudieron a la casa de Mario Moreno, “El Güero” Marroquín y sus amigos Porfirio Rovirosa -embajador de la isla de Santo Domingo en los Estados Unidos- y su esposa, Flor de Oro Trujillo, hija del dictador del mismo país: El deseo de la pareja por conocer al gran mimo mexicano, los llevó a pedirle a su anfitrión los guiara hasta su casa.
Cantinflas los recibió con mucha cordialidad y durante la plática, la mujer sugirió una visita a su país en donde sería recibido con todos los honores del caso. Mario Moreno se puso muy serio, y tras agradecer el gesto dijo: “Aborrezco las dictaduras y mientras pueda, me abstendré de visitar República Dominicana”. Se hizo un pesado silencio en la sala y la pareja tuvo que marcharse.
“EL DETALLE” Y EL TIEMPO
Guiados por una placa de mármol que apenas se distingue en la entrada a la Casa Grande, se sabe que a mitad de los setentas, por encargo del Fioscer, en septiembre de 1976 se rehabilitó el edificio. En la primavera de 1994 aún podían observarse colgadas en las paredes varias fotografías enmarcadas, así como algunos muebles de madera; siete años después, en una siguiente presencia, ya no había fotos ni enseres, solamente alimañas y abejas.
El 7 de noviembre de 2005, el Ayuntamiento de Ciudad Valles, encabezado por Jorge Terán Juárez, anunció que la casa de Cantinflas sería remodelada para convertirla en museo, y que el presidente municipal había ofrecido todo el respaldo al proyecto que se anotó para un premio nacional, pero no pasó nada. Con la llegada del Ayuntamiento 2009-2012, el lugar se rehabilitó para la organización de la Cabalgata de Feria, nada más.
Han pasado casi siete décadas desde la ausencia de Cantinflas de este lugar, y casi tres de la partida del comediante de este mundo. Mario Moreno mantiene su inmortalidad en la historia del cine mundial y nacional; lamentablemente, el sitio donde vivió en Ciudad Valles está en ruinas, cayendo a pedazos ante la indiferencia oficial, y solo reparado por un grupo de jóvenes “you tubers” desde hace algunos meses.
Cada administración municipal que llega arriba con la misma buena intención, para al final diluir sus ideas en el inexorable paso del tiempo, el mismo que va cobrando su factura de deterioro en un lugar que bien pudiese tener un mejor aprovechamiento, sobre todo desde el punto de vista turístico, y más aun considerando los pocos atractivos que el municipio de Valles tiene para ofrecer; pero falta lo más importante: Voluntad. “Ahí está el detalle, chatos”.