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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 21 de junio de 2020.- La calle de la Zaragoza forma parte de uno de los corredores más importantes del Centro Histórico de San Luis Potosí, al abarcar de la Plaza de Armas hasta el Jardín Colón.
Sin embargo, antes de ser conocida como tal, tuvo los nombres de la calle que va hacia la ermita de San Lorenzo y de La Concepción y su extensión era diferente.
El doctor Ramón Moreno Carlos, investigador del centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en San Luis Potosí, en su tesis doctoral sobre la calle, explicó al programa Historias de San Luis que su primer nombre está asociado a la actividad minera al ser San Lorenzo el santo al que los mineros tienen mayor estima, por lo que el lugar tuvo como primer asentamiento a propietarios beneficiarios de las minas de San Luis Potosí.
En un principio solo abarcaba tres manzanas: de la plaza principal hasta lo que actualmente es la calle Abasolo, debido a que se encontraba la ermita de San Lorenzo y posteriormente se construyó la Iglesia de La Merced, desaparecida hoy en día.
Fue hasta principios del siglo XVIII cuando su nombre cambió a la calle de La Concepción, una de las advocaciones más importantes durante la Nueva España, y cuando se tenían asentamientos ya establecidos.
“El que una calle en una ciudad importante tuviese ese nombre le daba jerarquía dentro del entorno”, explicó Moreno Carlos.
El investigador señaló que de la Plaza de Armas a la calle de Iturbide destaca paisaje urbano de casonas de dos niveles, con balcones ornamentados y que habla sobre la jerarquía de la construcción y de los habitantes.
El crecimiento de Zaragoza se da a partir de que crece el Convento de la Merced, por lo que se comienza una procesión común el desarrollar el recorrido desde la Catedral Metropolitana hasta el convento, por lo que fueron extendidas las manzanas a aquellas que ya se habían establecido.
Y LLEGARON HACENDADOS
Además de haber estado habitada por propietarios mineros, durante el virreinato la calle comenzó a ser habitada por hacendados beneficiados de la mina. Sin embargo, debido a la caída de esta, se realizó un primer cambio con los habitantes entre el siglo XVIII y XIX con la llegada de comerciantes extranjeros que se dedicaban a la venta de productos.
Para el siglo XIX su cambio fue incluso mayor, pues el doctor Moreno Carlos indicó que el cese de la actividad minera por completo y la necesidad de vender inmuebles, trajo consigo el asentamiento de extranjeros provenientes de España, Alemania e Inglaterra, por la magnificencia de las construcciones y con el objetivo de darles dos usos: las plantas bajas como comercios o servicios, y las plantas altas como lugar habitacional.
DIVERSOS ESTILOS
Debido a los cambios históricos de la ciudad se pueden observar diversos estilos arquitectónicos en la calle de Zaragoza. El investigador indica que, en el primer tramo de la calle, de Plaza de Armas hasta Iturbide, la arquitectura abarca de tres a cuatro siglos de la ciudad: barroca del siglo XVII a XVIII; afrancesada de mediados del siglo XIX; y una arquitectura decimonónica tardía.
«Lo más interesante es que no se nota esa transición de tantos siglos, sino que es armónica la relación que hay, volumétrica, de ventanas, de formas de puertas e incluso de balcones. Hay una armonía que no nos permite ver que pasaron tres siglos en esos edificios”, explicó.
Sin embargo, sí ocurrió un contraste alto con la llegada de la modernidad, entre los años 40’s y 50’s, con la construcción de edificios de dicha época y que rompen con la armonía antes establecida, tanto cultural, histórica, de lenguaje y de paisaje.
SÁNCHEZ UNZUETA LA HIZO PEATONAL
Antes de ser una calle peatonal, Zaragoza era de tránsito libre para peatones, carretas, caballos y el automotor. Sin embargo, entre el año de 1996-1997, durante el gobierno de Horacio Sánchez Unzueta, se decide proyectar un andador que uniera el Santuario de Guadalupe con el Centro Histórico, avanzando hasta el Mercado República, con el objetivo de darle al peatón la oportunidad de conocer el corazón de la ciudad.
Actualmente, más del 90 por ciento de los edificios de la calle están ocupados por negocios comerciales; solo quedan dos familias que utilizan el lugar como casa habitación, así como comercial.
EL VIRREY CALLEJA, VECINO DISTINGUIDO
Cabe destacar que entre uno de los vecinos más importantes de Zaragoza se encontraba Félix María Calleja del Rey, militar y político español que durante la época de la colonia fungió como virrey (1813-1816) de la Nueva España en época de la independencia.
Su casa estaba ubicada en el primer tramo de la avenida, aunque actualmente solo se conserva su balcón principal forjado en hierro.