
Esperan cerca de 6 mil paisanos en SLP por Semana Santa
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 20 de octubre de 2019.- Aunque el Cuerpo de Bomberos de San Luis Potosí cuenta con hombres comprometidos a servir a la ciudadanía ante cualquier emergencia, sus filas se han nutrido de feminidad aguerrida con la llegada de dos valientes mujeres, Valeria Pinos y Paola Rentería, de 19 y 18 años respectivamente, quienes además de estudiar dedican gran parte de su día a la Estación Central.
Valeria Pinos recordó que apenas transitaba por la adolescencia cuando decidió incorporarse, “mi hermana entró antes que yo, me presentó la estación y me di cuenta del trabajo que realizaban los bomberos, de hecho, mucha gente aquí en San Luis no conoce muy bien su labor, piensan que sólo se trata de incendios, pero prácticamente todos los días hay una emergencia”, cuenta la joven.
El caso de Paola es similar, aunque ella siempre tuvo claro que la disciplina y servir a la población era su camino en la vida, “yo entré porque aquí llevan disciplina militar, anteriormente quería ir a la Marina y pensé irme adaptando en el régimen; una de mis tías vino antes que yo y me comentó que entrara para ver el ambiente, entonces llegué a la academia, pasó el tiempo y cuando conocí todo lo que representaba ser un bombero me gustó mucho, el hecho de ayudar a las personas es lo que más disfruto, además de estar aquí estudio gastronomía”.
Esta labor no conoce de horarios y todos se mantienen alerta para atender llamados de auxilio, “no tenemos días asignados, normalmente nuestro tiempo libre lo pasamos aquí o simplemente venimos cuando queremos, yo estoy la mayoría de los días aquí, los fines de semana llego el viernes, me quedo a dormir y salgo hasta el domingo para prepararme e ir a la escuela”, narró.
PREPARACIÓN SIN DISTINGOS
La preparación en la academia es rigurosa y de carácter militar para hombres y mujeres, quienes deben estar alertas porque se pone en riesgo la propia vida y de las personas que auxilian, por ello requieren prepararse a conciencia en todos los ámbitos. El curso incluye actividades físicas, orden cerrado (disciplina militar), teoría del fuego, manejo de escaleras, nudos de rescate y también prácticas con diferentes escenarios para controlar incendios reales.
No siempre cuentan con el mejor equipo de trabajo, pero sí lo portan con orgullo porque su desgaste es evidencia de cada labor realizada. Valeria detalló cómo se coloca y para qué sirve toda la indumentaria.
“El equipo está organizado para ponérselo rápido, las botas tienen una orejas que podemos extender, nos ponemos la Monja-2 (que sirve para protegernos el cabello), después metemos los pies a las botas y esto nos ayuda a subir el pantalón, también los tirantes, cerramos todos los broches y nos colocamos el chaquetón”, precisa.
MARCADAS POR UN RECUERDO
Las experiencias acumuladas para estas dos jóvenes voluntarias se cuentan por montones, pero siempre hay una que las marcará; para Paola han sido múltiples en estos años.
“Hay muchas experiencias, bonitas y feas, en mi caso la primera llamada que atendí fue de una persona que se cayó por las escaleras y tenía fractura expuesta, es algo que impresiona”, aceptó.
Valeria narra con asombro que nunca olvidará una noche de Año Nuevo, una experiencia que le cambió el significado de esta festividad para toda la vida.
“En 2017 salimos a 20 incendios seguidos, todos provocados por pirotecnia y los llamados Globos de Cantoya, porque caen sobre hierba seca en terrenos baldíos y es ahí donde todo arde, desde temprano estuvimos atendiéndolos, nos dieron las 12 en punto y salimos a dos casos más… La gente no tiene cultura y olvida que todos tienen derecho a festejar, pero responsablemente”.
Aun con el trabajo desempeñado y que se les considera heroínas de la ciudad, ellas conservan la humildad necesaria para continuar con un servicio honorable como integrantes del Cuerpo de Bomberos, incluso no creen que se trate de algo extraordinario y describen esta actividad como un espacio para personas que se preparan, dedican el tiempo necesario y obtienen resultados que benefician a toda la comunidad.
“Es algo gratificante que nos reconozcan, esta labor es bonita porque además de realizar nuestras actividades le dedicamos tiempo a ayudar a la ciudadanía, en lo que respecta a mi carrera trabajo mucho con niños, me sirve porque aquí llevamos muchos programas para la prevención de incendios o accidentes, es algo que me ayuda porque vienen a visitarnos, me sensibiliza todavía más”, cuenta Valeria.
TRABAJAN A LA PAR DE LOS HOMBRES
Tanto ella como Paola, son consideradas un ejemplo para la sociedad potosina y en especial para las mujeres, pues al desempeñar tan complicado trabajo demuestran que el sexo no define la capacidad cumplir una labor tan arriesgada como loable.
Afirman que su testimonio es garantía de que siempre se puede realizar cualquier meta con determinación, responsabilidad y disciplina.
“Como mujer debes de saber darte tu lugar porque estamos rodeadas de hombres, para mí eso es demostrar que yo puedo, en ocasiones sí se ven diferencias porque los compañeros de planta no siempre saben trabajar con nosotras y piensan que no tenemos la suficiente fuerza o no podemos hacer mucho, pero sí podemos, claro, a veces necesitamos un poco más de apoyo al cargar una escalera que es pesada, por ejemplo”, indicó.
Fuera de esas diferencias naturales, a ambas jóvenes se les ha incluido al cien por ciento en todas las actividades, son parte del equipo y como bien dicen, es una labor que cualquier mujer puede hacer, pues sólo se necesita vocación.