Sufre ataque con ponchallantas alcaldesa de Tampamolón, SLP
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 17 de abril de 2019.- Desde hace más de tres años Ricardo Laguna Cedillo, comenzó a vender objetos viejos y antiguos en su tienda Barzero Antiguo y, aunque su afición por recolectarlos data de los años 80, decidió hacer de su pasatiempo su medio de manutención.
Señaló que es importante enseñar a las personas la diferencia entre viejo y lo antiguo, pues hay muchos que consideran estas piezas como basura y que no tienen valor alguno.
Para encontrar y reunir las antigüedades va en su busca en los mercaditos, las casas particulares o el internet. También hay personas que llegan con piezas a su local con el propósito de venderlas, no sin antes verificarlas él mismo, “no agarramos de todo, pero me traen infinidad de todo”, señaló Ricardo.
Y aunque no se especializa en alguna antigüedad en lo particular -en su local hay periódicos, revistas, botellas de refresco coleccionable, máquinas de escribir y de cocer, entre otros artículos-, hay piezas que nunca compra, como relojes, joyería y piezas prehispánicas, ya que existe el riesgo de que sean objetos robados.
En las piezas busca generar la añoranza, el recuerdo de la época de juventud, “hay personas que se acuerda de cuando eran niños (…) entran y empiezan a ver todo, y les nace comprar algo”, comentó Ricardo.
Hay objetos que pueden ir desde los 20 pesos, como un luchador de plástico de los años 80, hasta una pieza de porcelana de los años 50 con un valor de más de mil pesos. De igual forma, hay libros históricos como el Libro Rojo de Vicente Riva Palacio y Manuel Payno, publicado en 1870, litografías y fotografías antiguas.
A su tienda han llegado jóvenes que estudian restauraciones, historiadores, coleccionistas y personas que buscan decorar su hogar. También busca dar difusión a artistas locales, como al escultor José Luis Cortez Olvera, quien falleció hace cinco años y trabajaba el tallado en madera.
Para conocer su valor y la época de la que proviene, Ricardo estudia las piezas a través de documentos y compara otras similares para calcular su procedencia; y así como las consiguió, así las vende, por lo que depende de los compradores si deciden una restauración, “hay gente que me pregunta si sirve, y a lo mejor sí, pero yo vendo para decoración”.