Magistrado presenta iniciativa de reforma al Poder Judicial de SLP
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 8 de marzo de 2020.- La capital potosina inició el día 27 de febrero con una triste noticia: el incendio de la antigua bodega ferroviaria y lo único que sobrevivió fue el cascarón de su estructura hecha a base de cantera. Parecía que terminaban 132 años de historia.
Su estampa y simbolismo en la ciudad comenzó en 1888, cuando llegó a San Luis Potosí la línea del Ferrocarril Nacional Mexicano (FNM), la cual comenzó a construirse en dos direcciones: de Laredo, Tamaulipas y de la Ciudad de México, a la capital del estado.
En el libro Un camino olvidado. Estaciones de ferrocarril en el estado de San Luis Potosí: Línea México-Laredo, se establece que la Estación San Luis Potosí se convirtió en uno de los principales puntos del FNM, debido a que, además de establecer estaciones de pasajeros y de carga, funcionó para instaurar espacios de servicio para el ferrocarril y sus trabajadores.
Las estaciones para pasajeros y carga de la terminal fueron construidas al lado oriente de la actual Alameda Juan Sarabia, mientras que al norte se establecieron las construcciones de la Compañía Central Mexicana, por lo que la zona se convirtió en el centro ferrocarrilero dentro de la capital potosina.
Originalmente la estación contaba con una estación de carga y su respectiva jefatura, así como oficinas administrativas; la estación de pasajeros, con todos los servicios y áreas necesarias; un restaurante; una casa redonda, con los talleres principales y auxiliares; tres chalets para los funcionarios de Nacional Mexicano; casas para empleados de la línea y para los de sección; corrales para carga y descarga de ganado; el patio de estación con varias vías secundarias; bodegas; el almacén general; el hospital con sus anexos; y tanques elevados y subterráneos.
ESTACIÓN DE CARGA
Aunque la estación de carga (bodegas) se encontraba separada de la de pasajeros y alineada a la misma, ambas fueron construidas paralelas a las vías, separadas por la calle de Universidad, al oriente de la Alameda.
Es completamente lineal, aunque en su extremo norte se encuentra una “cabeza” de dos plantas, en las que se albergaban las oficinas de quien fungía como jefe de estación, así como los espacios administrativos. Tras dicha cabeza, conformando una crujía horizontal de un nivel se encuentran las bodegas para carga.
Después de 20 años de construido este edificio, se erigió en el extremo sur de las bodegas un anexo, con el fin de extender las áreas de almacenamiento y administración.
De acuerdo con Luz Carregha Lamadrid y Begoña Garay López (autora del libro antes mencionado), la arquitectura de la estación de carga es más austera que la de pasajeros, aunque conserva cierto parecido debido al material de sillarejo que fue utilizado para la elaboración de los muros de ambos edificios.
Cuenta con cubiertas a dos aguas en todas las techumbres a diferencia de la estación de pasajeros y también con un pequeño volumen sobresaliente o mirador en su fachada poniente, que es similar a los de las estaciones menores, el cual era utilizado para observar el tráfico de los trenes de manera más fácil.
FUEGO VORAZ
Años después, ante lo inadecuado que se volvió el servicio por el aumento en el tráfico ferroviario, fue necesario que se construyera un nuevo inmueble, por lo que en 1913 se inauguró una estación para atender el servicio de pasajeros de las divisiones San Luis (línea México-Laredo), Cárdenas y Aguascalientes (línea Aguascalientes-Tampico), conocida como la estación “unificada”.
Sin embargo, seis años después quedó consumida hasta las cenizas por un incendio del que se desconocen las causas, por lo que el servicio de pasajeros tuvo que ser trasladado a las antiguas instalaciones del Ferrocarril Nacional Mexicano; no sin dificultades, pues esta solo tenía el propósito de atender una sola línea.
Con la destrucción de la estación y los problemas para atender a los pasajeros, se levantó de nueva cuenta un edificio para el tráfico de ferrocarriles en la ciudad. Así, el 7 de noviembre de 1942, quedó inaugurada la nueva terminal en el costado norte de la Alameda; proyecto elaborado por el arquitecto Manuel Ortiz Monasterio, con el apoyo con el arquitecto Luis Ávila.
Su interior fue decorado con dos murales que mostraban la historia de los transportes, obra del pintor Fernando Leal, que están titulados como El triunfo de la locomotora y La edad de la máquina. Por este motivo, la antigua estación del Ferrocarril Nacional Mexicano quedó prácticamente en desuso.
Ante todos estos cambios, el conjunto arquitectónico de la estación sufrió grandes transformaciones, sobre todo por el cambio de tecnología de vapor a diésel durante la década de los años 40 y principios de los años 50 en el siglo XX. De las instalaciones originales, solo se conservaron las estaciones de pasajeros y de carga, los chalets, el almacén general y el hospital.
Para 1999, la estación de pasajeros se encontraba modificada en su interior, aunque presentaba un excelente estado de conservación, así como la estación de carga, que además conservaba íntegra su expresión arquitectónica original. Mientras que el almacén general no había tenido modificaciones en su exterior.
RESCATE COSTARÍA 1,200 MDP
El líder de pensionados y jubilados del Sindicato de Trabajadores Ferroviarios de la República Mexicana (STFRM), Carlos Calderón Otero expuso que la estación es un edificio histórico colocado en el lugar número 33 del Padrón de Monumentos Históricos del Estado, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Consideró que el siniestro pudo ser provocado por personas ajenas al gremio y dijo que rescatarlo costará mil 200 millones de pesos.
“Se trata de convertir la zona en un espacio cultural donde se puedan presentar obras de artistas locales, nacionales e internacionales, así como un espacio para la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí”, explicó Calderón.
Indicó que existe un proyecto enlatado desde hace ocho años para este efecto, realizado por Universidad Potosina, en el que la empresa concesionaria, Kansas City Southern estaría de acuerdo, pero no ha habido un pronunciamiento público al respecto.