SLP se suma a la lucha contra la comida chatarra en escuelas
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 4 de enero de 2020.- Las estudiantes de la carrera de Ingeniería en Alimentos que se imparte en la Facultad de Ciencias Químicas Edith Corte, Mónica Quevedo y Daira Reséndiz, realizaron el proyecto: “Kukueat”, el cual consiste en una cuchara comestible biodegradable, a base de harina de trigo.
Las jóvenes señalaron que la idea del proyecto surgió debido a los problemas que hay del medio ambiente, como en el caso de los microplásticos en los océanos, por lo que pensaron en crear una alternativa para dejar de usar estos materiales.
Para desarrollar el trabajo las alumnas realizaron todo un diseño de experimentos, en el cual variaron los ingredientes en diferente forma, “con la finalidad de obtener las propiedades que deseábamos de una cuchara, que son dureza, penetración y resistencia del agua, y también que en caso de ser consumida no aporte ni un sabor, ni al alimento que uno está consumiendo, ni cuando la pruebes; que no sea un sabor ni dulce, ni salado, es un sabor neutro”.
Para desarrollar el proyecto las estudiantes se valieron de las propiedades de la harina de trigo, “porque no podíamos escoger cualquier otra harina que no diera la dureza necesaria y más”.
Destacaron que hicieron pruebas con otros tipos de harina y en diferentes concentraciones y de ahí reconocieron que esta era la que daba mayor dureza.
Las pruebas comprendieron la participación de gente que viera cómo funciona y se determinó que sólo es para alimentos blandos y semiduros, porque en sí, sigue siendo un producto elaborado a base de harina y cereales, entonces no es tan duro como un metal, pero es funcional para ese tipo de alimentos.
Respecto a las investigaciones a futuro para el producto, las chicas comentan que han observado que el material es funcional para desarrollar otros tipos de cubiertos, así como platos y por ello les gustaría también desarrollar moldes para que tengan más dureza y que la forma sea más agradable para el consumidor.
De los comentarios que surgieron durante las pruebas realizadas al producto, las jóvenes apuntaron que la mayoría de las personas que conocieron del proyecto decían que era muy interesante, les gustaba que de verdad no aportara ningún sabor, el color también les gustó. Y apuntaron que, en realidad, comentarios negativos casi no tuvieron.
Además, las universitarias consideraron que ahora con este proyecto generan otra opción a los nuevos ingenieros en alimentos que van entrando a cursar la carrera en la facultad, pues se darán cuenta que su formación tiene distintas aplicaciones.